El mundo quiere trajes 'made in Spain'
España se convierte en el primer productor europeo de vestidos de novia y el segundo exportador mundial, por detrás de China
La moda nupcial española gana pretendientes y los vestidos de novia made in Spain se convierten en referentes a nivel mundial. Con una facturación de 1.246 millones euros anuales, más de 6.000 empleados, una exportación por valor de más de 507 millones de euros y una producción de 755.000 vestidos al año, España es ya el primer país productor europeo y el segundo exportador mundial del sector, por detrás de China.
El principal motor de esta industria se encuentra en Catalunya, que encabeza las exportaciones del conjunto del Estado y concentra cerca de la mitad de las empresas del gremio. Se trata de un sector muy atomizado –entre las 700 compañías que agrupa, conviven referentes mundiales con pequeños talleres artesanales–. En 2014 inició la senda de la recuperación tras de la fuerte caída en ventas que había sufrido el consumo interno: alcanzó los 315 millones de euros, el 17% más que el año anterior, según el informe Millenial brides: nacer en los 80's, casarse hoy, impulsado por el salón y elaborado por el profesor de IESE Business School, José Luis Nueno. Otro buen dato en 2014 fue que España recobró los niveles de desembolso por enlace previos a la recesión, de unos 16.500 euros de media. SEGUNDO EXPORTADOR MUNDIAL Las empresas del sector nupcial intentaron compensar la fuerte caída de la demanda interna con las exportaciones, que ya constituyen el 40,7% de la facturación de vestidos
bridal. Una estrategia que provocó que en el período 2007-2014 las ventas al exterior de moda nupcial española experimentaran un crecimiento del 12,9%, llegando a un valor de 507,4 millones de euros –se triplicó–. Los principales destinos de las firmas nacionales –muy apreciadas en el extranjero por su diseño y calidad– fueron principalmente Europa (77%), seguida por los países de la región Asia-Pacífico (10%), Estados Unidos (5%), Latinoamérica (7%) y Oriente Medio (1%). EL FUTURO DEL 'BRIDAL' En la actualidad –y en fase de recuperación de la demanda–, surge una nueva incógnita: cómo afectarán al sector los cambios demográficos y la disminución de las personas en edad de contraer matrimonio. En 2020, la generación millennial –los nacidos entre 1980 y 2000– habrá alcanzado una edad media de 30 años, y será la principal protagonista de los enlaces matrimoniales, mientras que hasta 2007 la mayoría de las bodas era entre miembros de la Generación X –los nacidos entre 1960 y principios de 1980–.
Prepararse para este desconocido escenario es un reto para las empresas de moda nupcial, que deberán contemplar las preferencias de los nuevos compradores millennial y abrirse a otros mercados, como México y Estados Unidos, los países con mayor potencial de crecimiento, con unas tasas de 3,6% y 3,5%, como consecuencia del número de enlaces y el gasto medio de cada pareja en la boda, según los resultados del estudio.
El dato positivo es que en España, si bien bajará el número de matrimonios por razones demográficas, el desembolso por vestido alcanzará o superará en 2020 los niveles de 2006, hasta situarse en los 1.729 euros.