'Millennial', la novia del futuro
Ocupada, exigente y muy
conectada con las nuevas tecnologías. Así son las novias millennial, las jóvenes nacidas entre 1980 y 2000, llamadas a celebrar sus bodas durante los próximos años, hasta 2030. Pero, ¿qué diferencia a estas novias de las anteriores? Se casan más tarde, porque priorizan su carrera profesional; son más ingeniosas e imaginativas y exigen hechura a medida en cualquier producto y servicio relacionado con su enlace, además de investigar exhaustivamente sobre él: casi diez meses antes de la fecha prevista para la ceremonia, la novia se inicia en el shopping journey del vestido y busca ideas para su gran día en internet, las redes sociales y los blogs especializados. NATIVAS DIGITALES La utilización de estos medios ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos, y en pocos sectores cosecha tanto éxito como en el nupcial. Las novias de la Generación Y comparten información y buscan opiniones y puntos de vista de sus pares, por lo que portales y cuentas en redes sociales con imágenes de vestidos de novia han llegado a registrar visitas millonarias. Como subraya el estudio Millenial brides: nacer en los 80's, casarse hoy, promovido por Fira de Barcelona y elaborado por el profesor de IESE Business School, José Luis Nueno, la novia
millennial es la primera nativa digital, y está cambiando el sistema de compra del vestido.
Ante esta nueva situación, las marcas y los retailers tienen que transformarse, ampliando su campo de acción y apostando por la omnicanalidad, de manera que puedan ofrecer un mensaje coherente y consistente a través de los distintos canales de comunicación con sus consumidores. Aunque no hay que olvidar que la novia millennial sólo utiliza internet para conseguir información: adquiere el vestido en la tienda física, donde prima la experiencia de compra. LA IMAGEN, LA PRIORIDAD Si bien es cierto que el número de matrimonios se ha reducido –sobre todo en países del Mediterráneo, como España, Italia y, en menor medida, Francia– el gasto en indumentaria no ha disminuido. Para el gran día, el vestido de novia sigue siendo el gran protagonista. El estudio, de hecho, revela que las novias prefieren renunciar a bodas multitudinarias y a otros lujos en la celebración, antes que a su imagen, que es la prioridad absoluta. Se decantan por el prêt-à-couture, con adaptaciones personalizadas sobre el modelo original creado por el diseñador. El vestido a medida y la exclusividad son valores en alza para las novias de esta generación, que también aprecian el diseño y la calidad de las prendas. DOS VESTIDOS MEJOR QUE UNO Una de las nuevas tendencias que más se está consolidando es la de comprar más de un vestido para el enlace: una vestimenta para la ceremonia y otra distinta para el banquete o para iniciar el baile; el primero, de corte más clásico que el segundo, que suele ser más sencillo. Otra opción es la búsqueda de un total look horizontal de ceremonia y cóctel, aunque resulta muy complejo, ya que lo que vale para una ocasión no siempre sirve para la otra. Sin embargo, en los últimos años, los diseñadores también apuestan por esta idea, con soluciones para todos los gustos.
Al estar las novias más ocupadas, la figura del wedding planner toma especial protagonismo, en su calidad de prescriptor, al igual que se convierte en tendencia el turismo nupcial o la atención a tallas especiales.
Las marcas buscan cómo satisfacer a las protagonistas de los próximos enlaces, jóvenes nacidas entre 1980 y 2000, exigentes y nativas digitales
TEXTO:
NOELIA CONRADO