Acabemos ya
“¿Recuerdas la primera vez que viste un cadáver?”, le pregunta Cersei a su hermano y amante ante el cadáver de su hija Myrcella en el arranque de la nueva temporada. Ningún seguidor de Juego de tronos tampoco lo recuerda. Muchos protagonistas han dicho adiós. Al principio de forma incrédula para el espectador, pero luego ya ha formado parte del juego (de tronos). Por eso, la aparente muerte de Jon Nieve en el final de la anterior entrega no cogió de improviso, aunque sí las especulaciones que se han hecho desde entonces sobre si realmente estaba muerto. Es de agradecer a los guionistas que no hayan mareado la perdiz y ya en la primera escena del episodio estrenado ayer hayan abordado el destino del personaje. Pero tanta gentileza por parte de los guionistas da que pensar, y más con la presencia constante de la dama roja Melisandre, a quien hemos visto resucitar muertos. Las conjeturas sobre el futuro de Jon Nieve seguirán posiblemente unos episodios más...
A Juego de tronos le puede pasar factura alargarse en exceso y más ahora que se ha independizado de las novelas de George R. R. Martin. En este primer episodio, más encaminado a poner las piezas en el tablero que a avanzar en la historia, se han podido contar una docena de escenas y sólo la primera y la última de ellas (con el cadáver de Jon Nieve presente) estaban conectadas. Demasiadas tramas y demasiados personajes. Ya renovada para dos temporadas más, Juego de tronos se haría un gran favor preparando un digno final. De ser una prestigiosa serie de corte fantástico a ser un culebrón folletinesco puede haber un solo paso.