El City busca hacer historia
El Madrid se siente favorito, pero le preocupa el estado de Cristiano y Benzema
Con dudas sobre el estado de Benzema y Cristiano, el Madrid afronta la ida de su sexta semifinal de Champions consecutiva con el objetivo de mejorar su pobre balance en esta ronda. De las cinco anteriores, en cuatro fue descabalgado de la final, aunque se llevó en Lisboa la única que jugó, hace dos temporadas. Le espera el Manchester City de un viejo conocido, Manuel Pellegrini, que salió de mala manera del banquillo blanco después de una temporada, la 2009-2010, marcada por la eliminación copera a manos del modesto Alcorcón con un 4-0 que aún escuece en el club, y europea ante el Olympique de Lyon en los octavos de final.
En el Madrid cunde un moderado optimismo. A priori, el Manchester City era el rival del bombo que querían los blancos, pero el Wolfsburgo alemán también lo era y el Madrid sudó sangre para superar la pasada eliminatoria de cuartos, donde necesitó de una remontada que no se producía desde hacía doce años.
A favor del Madrid juega su mayor pedigrí europeo. El City del jeque Mansour bin Sayed, el hermano del emir de Dubái, es paradigma del nuevo rico. Hasta ahora nunca había superado los octavos de final y en las dos últimas temporadas fue eliminado con relativa facilidad por el Barcelona, que ganó las dos veces en el Etihad Stadium (0-2 y 1-2).
La gran paradoja del City es que aún en el caso de que se llevara la Champions ya ha defenestrado a su entrenador. Pep Guardiola fue anunciado el 1 de febrero como nuevo mánager, un fichaje que, según el propio Pellegrini, convulsionó tanto al equipo que le hizo perder pie y le apartó de la lucha por la Premier.
Del City, como del Madrid, se dice que es más un conjunto de estrellas fichadas a golpe de talonario que un verdadero equipo. En sus filas hay jugadores que en algún momento han estado en la órbita del Madrid, como Kun Agüero, o los españoles Jesús Navas y David Silva. Su gran baja para hoy es Touré Yayá.
Pellegrini asegura que no llega al partido con “ningún ánimo de revancha. El Madrid es el equipo más grande del mundo y el City está creciendo cada temporada”.
El técnico chileno pidió a su equipo que no juegue sobreexcitado, como le pasó ante los azulgrana en sus dos enfrentamientos directos: “La manera cómo juguemos es importante. Necesitamos tener el corazón caliente y la mente fría. Contra el Barcelona jugamos con un jugador menos las dos veces. Y es muy difícil jugar con diez jugadores. Necesitamos tener nuestras emociones bajo control”, afirmó.
En el Madrid creen que la clave pasa por ser ellos mismos. En el club de Concha Espina están convencidos de que si su equipo juega al cien por cien podrá superar la eliminatoria. El problema reside en su falta de fiabilidad. ¿Qué Madrid se espera en el Etihad? ¿El del primer cuarto de hora ante el Rayo el sábado? ¿El de Wolfsburgo? ¿El de la última media hora del Camp Nou?
Más o menos eso puede decirse de sus estrellas. ¿En qué medida estará mermado Cristiano, al que por vez primera se reservó en Vallecas? ¿Podrá jugar Benzema a tope, del que por no saberse nada no hay ni parte médico? ¿Será Gareth Bale, por fin, la estrella que soñó Florentino Pérez y que aparece con cuentagotas?
Zinédine Zidane no se salió de su habitual discurso de cautela: “Sabemos que lo vamos a pasar mal. Si les dejamos espacio, el rival nos puede hacer daño. Tácticamente no puedo decir lo que vamos a hacer. Para mí, lo más difícil es tener que dejar a jugadores fuera. Noto el mismo ambiente que había cuando ganamos la décima, pero ya vimos lo que pasó ante el Wolfsburgo. Hay que estar juntos y muy concentrados”.
Zidane no dijo nada sobre el once pero dejó caer que Cristiano y Benzema podrán jugar de inicio: “Yo creo que hoy mismo ya están perfectos. Creo que el equipo llega en un buen momento”.