La estación donde se grabó el acto sexual sólo tenía un empleado
TMB asegura que ningún pasajero avisó al empleado que estaba en el centro de control ni pulsó los botones de emergencias ubicados en el andén
Ningún vigilante de seguridad patrullaba por la estación de metro de Liceu la medianoche del sábado. Fue entonces cuando un smartphone grabó a una pareja manteniendo relaciones sexuales en el mismísimo andén. Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) explicaron ayer que buena parte de los vigilantes que se despliegan por la red subterránea acostumbran a moverse de parada en parada según los requerimientos del momento y las misiones asignadas. Por ello, en esos momentos, no había ninguno en Liceu. Las fuentes detallaron también que nadie avisó al empleado de TMB que se encontraba entonces en el puesto de mando de la estación. De hecho, este empleado no se enteró de lo ocurrido hasta el día siguiente, cuando la grabación ya corría a toda velocidad por las redes sociales.
Además, subrayaron las fuentes de TMB, ninguno de los usuarios del metro que se encontraron con la tórrida escena pulsó ninguno de los botones de emergencia ubicados en los andenes. Estos mecanismos sirven para que los pasajeros puedan comunicarse directamente con el empleado encargado de la estación. Si en ese momento ninguno se halla en el puesto de mando, la llamada es derivada de manera automática a un centro de control general. Las fuentes de TMB señalaron también que en las imágenes que registraron las cámaras de seguridad dispuestas en la parada no se aprecian señales de alarma entre los viajeros.
Las grabaciones de TMB no recogieron únicamente los momentos que tanta gente está viendo a través de las redes sociales, también pudieron detectar los instantes en que la pareja llegó al subterráneo, y también cómo abandonaron después las instalaciones del metro. “No se aprecia nada que indique que se hubiera producido algún tipo de abuso –sostienen las fuentes–. Además, tampoco nos consta que algún menor de edad hubiera presenciado la escena. No hemos recibido ninguna queja al respecto, ninguna denuncia”. Los Mossos d’Esquadra, al menos ayer por la tarde, tampoco habían hallado ningún indicio de delito.
Aquella medianoche los andenes de Liceu estaban muy transitados. Algunos viajeros se mostraron del todo indiferente a lo que ocurría a unos pocos metros de distancia, muchos se rieron nerviosos y sorprendidos, unos pocos incluso jalearon a la pareja..., otros menos dejaron ver gestos de incomodidad en sus rostros. Al menos es lo que puede apreciarse en el vídeo viral de la semana.
Ayer, un testigo de lo ocurrido explicó a los micrófonos de RAC1 que la joven en cuestión estaba visiblemente borracha, que la chica estuvo consciente en todo momento, pero tan embriagada que al terminar apenas podía moverse. Su compañero tuvo que ayudarla a vestirse. “La chica no estaba en un estado muy idóneo. Estaba consciente, pero cuando acabó no podía ni levantarse. No sé si era una cosa muy voluntaria y deseada por ella”. Este testimonio señaló también que el joven se comportó de un modo mucho más nervioso. “Se giraba, chillaba y gesticulaba”. Además, presentaba serios problemas para no resbalarse. De todas formas este testimonio agregó que en ningún momento apreció signos de violencia, que piensa que lo más probable es que ambos jóvenes mantengan una relación.
Aun así, este curioso incidente está generando un debate ciudadano sobre el incivismo en el transporte público. Ahora, quizás con no tanta repercusión, también corre por las redes sociales otro vídeo en el que se observa a una persona preparando una dosis de heroína en la estación de metro de Besòs Mar. El debate también está tomando otras derivas. La diputada y portavoz de la CUP Anna Gabriel dijo ayer que “no es normal que se le dé tanta trascendencia a este hecho”, y lamentó que la noticia en cuestión fuera la más vista y comentada del día. Según la diputada, que las imágenes se hayan hecho virales es el resultado de una forma de ser de la sociedad, “es en parte el país que tenemos”, donde a su entender predomina una determinada concepción del “morbo, la sexualidad y el tabú”. En este sentido, agregó “podríamos hablar del papel que ha jugado la Iglesia católica a la hora de vivir la sexualidad de determinada manera”.
Una diputada de la CUP achaca la trascendencia de la noticia al predominio del morbo y el tabú en torno al sexo