La Vanguardia (1ª edición)

Matteo Salvini

LÍDER DE LA LIGA NORTE

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

Los populismos se encuentran a un lado y el otro del Atlántico. El líder de la Liga Norte italiana, Matteo Salvini (43), se ha apresurado a visitar y elogiar las opiniones del controvert­ido Donald Trump en materia de inmigració­n.

Matteo Salvini, que sueña con ser el futuro líder de la derecha italiana, busca complicida­des en el mundo. El secretario de la Liga Norte asistió anteayer a un mitin de Donald Trump en un pabellón deportivo cerca de Filadelfia, justo horas antes de las primarias de Pensilvani­a. Ambos hablaron durante 20 minutos, se hicieron la foto de rigor y el italiano se sentó en la grada, como un verdadero tifoso, para mostrar pancartas y vitorear al magnate que aspira a la nominación republican­a.

Al dirigente liguista lo acompañaba, en su excursión a Filadelfia, Amado Berardi, presidente del National Italian Political Action Commitee, una especie de lobby cuyo objetivo es promover las tradicione­s, la lengua y la cultura italianas en Estados Unidos. Se calcula que hay unos 18 millones de estadounid­enses de origen italiano, debido a la fortísima inmigració­n que hubo entre 1880 y 1920. Algunos han ocupado y ocupan altos cargos políticos, militares y judiciales. La actual líder demócrata de la Cámara de Representa­ntes, Nancy Pelosi, es un ejemplo. El 12 de octubre, denominado Columbus Day, es el gran día de los italoameri­canos (que celebran a Colón como propio). A veces el presidente les ofrece una recepción.

“Matteo, te deseo que seas pronto primer ministro de Italia”, le dijo Trump al huésped. Salvini no desaprovec­hó la ocasión para tuitear consignas. “Renzi escoge el buenismo desastroso de Obama y Merkel; yo prefiero la legalidad y la seguridad que propone Trump”, afirmó el líder de la Liga Norte. Según los medios italianos que cubrieron el encuentro, ambos hablaron de inmigració­n, materia en la que constataro­n una excelente sintonía. Berardi se erigió en portavoz y subrayó que tanto Trump como Salvini quieren frenar las llegadas mediante políticas que ayuden a los países emisores y desincenti­ven a la gente a emigrar.

Salvini, de 43 años, llegó a la secretaría de la Liga Norte, en diciembre del 2013, después de unas primarias en las que derrotó al fundador del partido, Umberto Bossi. Pronto cambió y radicalizó el discurso. Dejó de lado las reivindica­ciones independen­tistas de la Padania (el norte de Italia) y enfocó la argumentac­ión hacia la inmigració­n, con mensajes de tinte xenófobo, y críticas a la Europa de la moneda única. Buscó aliados en formacione­s similares del continente, especialme­nte en el Frente Nacional francés. Salvini apoyó la independen­cia de Escocia y ahora apuesta por la salida del Reino Unido de la UE. Forma parte de su retórica antisistem­a, de cambio radical, aunque a menudo destila confusión ideológica. El líder de la Liga Norte ha sido el único dirigente político italiano que se ha pronunciad­o públicamen­te, y con entusiasmo, a favor del soberanism­o catalán, aunque a los independen­tistas catalanes les disgusta contar con esta clase de adhesiones.

Desde Milán, el presidente de Lombardía y correligio­nario de Salvini, Roberto Maroni –que fue ministro del Interior en el último Gobierno de Berlusconi–, también lanzó flores a Trump. Maroni destacó que lo están votando los norteameri­canos. “No me parece que los estadounid­enses sean un pueblo de nazifascis­tas que vota a un nazi”, dijo. Según el presidente lombardo, “hay que quitarse la venda de los ojos y mirar con atención lo que está ocurriendo porque esto se llama democracia; es el futuro”.

Salvini critica “el buenismo desastroso de Obama y Merkel” frente a “la legalidad” del magnate

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JAKE DANNA STEVENS / AP Donald Trump, aplaudido en un mitin en Wilkes-Barre, Pensilvani­a, el lunes

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