Un centro exhausto
Los centrocampistas del Barça han jugado más minutos que la pasada temporada
Entre las razones que pueden explicar el bajón de juego y resultados del FC Barcelona en las últimas semanas, hay que tener en cuenta el gran número de minutos jugados por sus centrocampistas, un exceso que sin duda ha afectado al rendimiento físico y mental de la línea encargada de la creación del conjunto azulgrana.
El tridente centra los cálculos tanto por su rendimiento goleador como por su llamativa sobreexposición. Messi, Neymar y Suárez son intocables, insustituibles para el cuerpo técnico del Barça. En primera instancia porque no quieren ver el banquillo ni en pintura y en segundo término porque no existen relevos con jerarquía y garantías para componer un sistema de rotaciones en la delantera. Así, el descenso de rendimiento del tridente provocó el socavón durante el que el equipo se despidió de la Champions y puso en cuestión el título de Liga. Pero la sobreexplotación, y los problemas que acarrea, no afecta únicamente a la línea de vanguardia. Los titulares del centro del campo han disputado más minutos esta temporada (58 partidos y faltan 4) que en la anterior (60). Si ha faltado juego, consistencia y regularidad durante la crisis, una de las causas esenciales reside en la falta de oxigenación de un motor sin piezas de recambio.
Busquets (4.043) ha disputado 500 minutos más que en toda la campaña anterior. No es de extrañar que, tratándose de un futbolista extraordinariamente regular, en determinados compromisos no haya rendido al nivel natural. Rakitic (3.780) acumula 400 minutos más de juego en las piernas que el curso pasado. Iniesta (3.105), 200 más. La línea de creación, proveedora de la delantera y apoyo de la defensa, catalizador en definitiva de todo el repertorio, ha sido sometida a un esfuerzo competitivo excesivo. Aunque, a diferencia del caso de la delantera, en el centro del campo sí existían, en teoría, reservas de peso. Pero la grave lesión de Rafinha el 16 de septiembre tergiversó la planificación del cuerpo técnico a las primeras de cambio. El brasileño, habitual en las alineaciones del comienzo de la temporada, debía ser el número 12 del equipo, pero ha permanecido seis meses en el dique seco.
En estas circunstancias la aparición de Arda se convirtió en una cuestión vital. Como Aleix Vidal, el turco no podía debutar hasta enero, cuando expiró la sanción de la FIFA por las irregularidades en la Masia, pero su deficiente adaptación a las peculiaridades del fútbol blaugrana le han descartado como alternativa fiable. Un dato: desde enero Sergi Roberto acumula más titularidades que Arda, aunque el centrocampista de Reus ha sido requerido en múltiples demarcaciones, sin lugar específico en el centro del campo. Así, Iniesta y Rakitic han carecido de competencia en el banquillo, y Busquets no tiene relevo porque Mascherano está firmemente asentado en la defensa. El argentino ha disputado 3.994 minutos, 100 más que en la pasada campaña a pesar de que la nómina de centrales es extensa. Pero testimonial.
Luis Enrique insiste, a la luz de los datos, en que el estado físico de la plantilla es mejor que la temporada pasada, pero el GPS no registra la erosión mental, el peso de la responsabilidad en finales, eliminatorias y partidos de alta trascendencia. Todo suma, especialmente la falta de descanso derivada de un vestuario desequilibrado: 7 de los 21 futbolistas han disputado menos del 20% del tiempo de juego en la Liga.