El grupo terrorista filipino Abu Sayaf decapita a un rehén canadiense
La decapitación de un rehén canadiense en el sur de Filipinas por parte del grupo terrorista Abu Sayaf ha vuelto a poner el foco en esta milicia de extremistas islamistas, cuya brutal reputación precede a la del Estado Islámico (EI), que ahora idolatran y del que se han declarado seguidores.
Dos motoristas dejaron este lunes la cabeza de John Ridsdel, de 68 años, dentro de una bolsa de plástico en la localidad de Jolo, en la isla de Sulu. El turista canadiense, ejecutivo retirado y experiodista, era una de las cuatro personas secuestradas en septiembre que Abu Sayaf había amenazado con matar si no recibía más de 19 millones de dólares. Fue capturado junto a su compatriota Robert Hall, el noruego Kjartan Sekkingstad y la filipina Marita Flores en un complejo hotelero de la isla de Samal, en el sudeste del archipiélago.
“Tenemos que buscar el cuerpo”, dijo en un primer momento el inspector jefe de la policía de Jolo, que no pudo concretar cuál de los rehenes era el decapitado.
Sin embargo, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, confirmó poco después que se trataba de Ridsdel. “Canadá condena sin reservas la brutalidad de los secuestradores y esta muerte innecesaria. Ha sido un asesinato a sangre fría y la responsabilidad recae exclusivamente en el grupo terrorista”, afirmó. El Gobierno filipino subrayó que sus fuerzas armadas hacían “todo lo posible” por rescatar a los rehenes, pero ya en marzo indicó que mantendría su política de no negociar con terroristas.
Abu Sayaf fue creado en el año 1991 por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en el país. Sus pocos centenares de militantes llevan a cabo secuestros de manera frecuente para pedir rescates con los que se financian, y en la actualidad, además de Hall y Sekkingstad, mantienen bajo su custodia a 19 extranjeros más: catorce pescadores indonesios, cuatro malasios y el holandés Ewold Hurn.
La provincia de Sulu, densamente poblada y empobrecida, a 950 kilómetros al sur de Manila, es el lugar donde se cree que Abu Sayaf tiene al resto de los secuestrados. En el terreno político, el presidente Benigno Aquino III y la oposición han evidenciado diferencias sobre cómo afrontar la insurgencia islamista. Además, es un momento complejo para que las tropas lleven a cabo acciones defensivas: Filipinas se encuentra en una reñida campaña para las elecciones presidenciales del próximo 9 de mayo.