Los manteros reconquistan toda la zona portuaria
Centenares de vendedores toman de nuevo el paseo Colom, el Port Vell, la Marina de lujo...
Los manteros reconquistaron ayer la fachada marítima de la urbe. Centenares de vendedores ambulantes se apostaron en el Portal de la Pau, el paseo Colom, el Port Vell, los alrededores del Maremagnum... Ni rastro del dispositivo desplegado la semana pasada por Mossos d’Esquadra y policia portuaria, del operativo que logró durante unas pocas jornadas mantener a los manteros alejados de uno de los espacios más transitados de Barcelona. Estos vendedores ya anunciaron días atrás que aguardarían su oportunidad el tiempo que fuera necesario.
Dos agentes del cuerpo de guardamuelles explicaron ayer que los vendedores ambulantes llegaron sobre las once de la mañana al Port Vell. “Al principio pudimos impedirles que desplegaran su mercancía –contó uno de los resignados policías, contemplando la escena–, pero cuando nos quisimos dar cuenta ellos ya eran 200, y nosotros únicamente dos... De repente empezaron a echar las mantas sobre nuestros propios pies, a apartarnos, a ocupar todo el espacio... Y nosotros no tuvimos más remedio que echarnos a un lado”.
Al parecer, agregó el policía portuario, el apoyo de la policía de la Generalitat apenas duró unos pocos días. “Luego llegó Sant Jordi, empezó la Feria de Abril... Supongo que los Mossos tienen otras cosas que hacer aparte de plantarse aquí a ver qué pasa. Y a la Guardia Urbana hace meses que no se le ve por aquí. Pero nosotros no damos abasto, no podemos contener a los manteros. En este momento tendremos desplegados en toda la zona portuaria unos veintitantos agentes, y los manteros pueden ser 300, quizás más...”. No todos eran subsaharianos vendiendo artículos falsificados. Al mercadillo más grande de Barcelona también se sumaron numerosos marroquíes, pakistaníes, sudamericanos y chinos bien provistos de artesanía, souvenirs, bisutería, palos para selfies...
“Con algunos puedes hablar –terció el otro policía portuario, también muy resignado–, les dices que se marchen y se marchan... Pero otros lo que quieren es que haya pelea. Tienen gente preparada con cámaras de vídeo que quiere demostrar que nosotros somos violentos, que nosotros les pegamos... Hace un par de semanas a uno de los nuestros le dieron un cabezazo en la nariz, el domingo otro se hizo daño en una rodilla en una refriega”. El modo en que los manteros colocaron y exhibieron sus zapatillas deportivas o fijaron la manta al suelo con cinta adhesiva ilustró lo
seguros que se sienten cuando forman estos grupos tan multitudinarios. En verdad semejante despliegue requiere de una mínima coordinación. No surge de un modo espontáneo. La mayoría de los vendedores se instaló frente al Museu d’Història de Catalunya y las verjas de la Marina de lujo, pero muchos otros también se situaron junto al Portal de la Pau, cerca del monumento a Colón. El camión que recoge las bicis del Bicing tuvo que pedir que le abrieran paso. Otros grupos más reducidos fueron yendo y viniendo por el Moll de la Fusta y los rincones del Maregmagnum. Los representantes de los manteros ya dejaron caer por las redes sociales la semana pasada que se mantendrían ocultos unos cuantos días, que esperarían a que la policía dejara de tomar las calles... y que luego volverían a desplegar la manta, que no tienen otro modo de ganarse la vida. Fuentes de la comisión municipal que trata de hallar soluciones al problema detallaron hacer pocos días que apenas una veintena de manteros se había interesado por los planes de ocupación que el Ayuntamiento está ofreciendo como alternativa laboral. La alcaldesa Ada Colau lleva todo el mandato diciendo que las medidas policiales no son suficientes, que hay que plantear soluciones sociales.