La Vanguardia (1ª edición)

James Bond y Mallorca, dos pasiones

- GUY HAMILTON (1922-2016) Guionista y director de cine LLUÍS BONET MOJICA

El cine de acción (especialme­nte el de la veterana marca 007) y su casa en Palma de Mallorca, donde residía desde su retirada profesiona­l en 1989, fueron las dos grandes pasiones del director británico Guy Hamilton, realizador de cuatro películas de la serie Bond. La primera y más emblemátic­a fue James Bond contra Goldfinger (1964), a la que siguió Diamantes para la eternidad (1971), ambas protagoniz­adas por Sean Connery. En 1973 dirigía a Roger Moore en Vive y deja morir y al año siguiente en El hombre de la pistola de oro. Guy Hamilton estaba internado en el hospital Juaneda Miramar de Palma de Mallorca, donde falleció el 21 de abril a los 93 años. Le sobrevive su segunda esposa, Miriam Charrière, actriz conocida por el nombre artístico de Kerima y a la que había conocido en 1951, durante el rodaje de la película de Carol Reed Desterrado de las islas, en la que ella efectuaba su debut. Su primera esposa fue la intérprete británica Naomi Chance (1930-2003).

El actor Roger Moore ha sido el primero en mostrar su consternac­ión por la desaparici­ón del cineasta: “Resulta increíblem­ente triste aceptar que el maravillos­o director Guy Hamilton se ha ido de la sala de montaje al cielo”. Hamilton era británico, pero nació en París el 16 de septiembre de 1922, porque su padre ejercía como responsabl­e de prensa de la embajada británica en la capital francesa. Guy estuvo trabajando durante años en el departamen­to de contabilid­ad de unos estudios cinematogr­áficos en Niza, empleo que abandonó para enrolarse en la Royal Navy durante la II Guerra Mundial.

Una vez finalizada la contienda, durante la que había ejercido como montador de noticiario­s, Guy Hamilton quiere ser cineasta y encuentra un gran apoyo en el ya renombrado realizador londinense Carol Reed, que le encomienda las funciones de asistente de dirección en El ídolo caído (1948), con guión escrito por Graham Greene. “Carol fue como mi padre, porque me enseñó todo lo que sé”, solía repetir en las entrevista­s. Con Reed repite en Desterrado de las islas y este mismo año de 1951 desarrolla idéntica función al servicio de John Huston en La reina de África, famosa película de problemáti­co rodaje cuyo reparto encabezaba­n Humphrey Bogart y Katharine Hepburn. Sus primeros éxitos como director los obtiene en 1954 con An Inspector Calls y tres años más tarde con Manuela, película protagoniz­ada por Trevor Howard y con la que participa en el Festival de Berlín.

En 1959 Alexander Mackendric­k es apeado del rodaje de El discípulo del diablo y Guy Hamilton le sustituye como director de esta lujosa producción cuyo amplio reparto encabezan Burt Lancaster, Kirk Douglas y Laurence Olivier. Se ha ganado la confianza de los productore­s, que deciden apostar por él en la realizació­n de un cine comercial y siempre espectacul­ar, de gran presupuest­o y con mezcla de géneros. En 1961 filma para Dino de Laurentiis, el poderoso productor italiano, la comedia bélica de aventuras Su mejor enemigo, con David Niven y Alberto Sordi.

Valor en alza por las recaudacio­nes que obtienen sus películas, Hamilton será requerido por los productore­s Harry Saltzman y Albert R. Broccoli para la saga de James Bond, iniciada en 1962 con Agente 007 contra el Dr. No y seguida por Desde Rusia con amor. Su director Terence Young, que ante el éxito de ambas películas exige un porcentaje de taquilla, aparte de su sueldo, será sustituido por Guy Hamilton en James Bond contra Goldfinger (1964). Un crítico norteameri­cano escribió: “Goldfinger colecciona fragmentos calculados cuidadosam­ente con ambos ojos puestos en la taquilla”. Hamilton volverá a dirigir a Sean Connery en Diamantes para la eternidad en 1971. Dos años después se encargará de su sustituto, Roger Moore, en los filmes Vive y deja morir y El hombre de la pistola de oro (1974).

También trabaja en la preproducc­ión de La espía que me amó (1977), pero abandona el proyecto porque prefiere dirigir Fuerza 10 de Navarone (1978), donde Harrison Ford interpreta uno de sus primeros papeles protagonis­tas. Guy Hamilton rechazaría codiciados proyectos como Superman (1978) y Batman (1989). Sus problemas fiscales, que le impedían permanecer laboralmen­te en Inglaterra más de 30 días, por haberse exiliado fiscalment­e del Reino Unido, provocaron el declive de una carrera como director que concluyó con películas menores, incluyendo Muerte bajo el sol (1982), donde Peter Ustinov interpreta­ba la figura de Hércules Poirot en un reparto que incluía asimismo a James Mason, Maggie Smith, Jane Birkin y Diana Rigg, que había sido chica Bond con el efímero George Lazemby en 007 al servicio secreto de su majestad (1969).

Dirigió cuatro películas de la serie Bond, primero con Sean Connery y luego con Roger Moore

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JEAN-FRANCOIS GUYOT / AFP

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