La Vanguardia (1ª edición)

“Si su sueldo le deprime no busque psicólogo, sino sindicato”

Tengo 35 años: acepto mis límites; maduro. Nací en Bonn. Las ideologías mezclan verdad y mentira para tapar la realidad que beneficia a quienes las crean y somete a quienes las creen. La guerra fría sigue, pero es la de EE.UU. contra la UE. Presento ‘Por

- VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET LLUÍS AMIGUET

P¡Claro que sirve! La filosofía no es un lujo, sino una necesidad. A mí me paga el contribuye­nte alemán y debo serle útil.

Séanos útil pues ahora, profesor.

Mi tarea es descubrirl­es los problemas reales que las ideologías dominantes encubren.

Por ejemplo.

Imagínese que usted cobra muy poco...

En este país es fácil imaginarlo.

...Y se deprime, porque es deprimente tener que vivir con sus padres a los 40 o no poder salir con los amigos por no poder pagarse un café.

Les pasa a muchos conciudada­nos.

Pues hoy la ideología dominante convierte su problema en psicológic­o: le dirá que la causa de su desgracia no es el sueldo, sino que usted es un depresivo y que vaya al psicólogo. Y que tome pastillas e intente cambiar su actitud: sea proactivo, esfuércese; lea libros de autoayuda.

Venden mucho.

Pero en realidad el problema no está en su mente; está en su sueldo y en que le explotan y en el sistema que permite a una casta dominante tener a la mitad de la juventud española en paro y a la otra mitad condenada al subempleo. No vaya al psicólogo, vaya a un sindicato o asóciese con otros subemplead­os: organícese, presione, haga política, en suma. Y cambie ese sistema que le deprime a usted y a otros muchos.

Eso sin dejar de esforzarte para ser mejor.

¿Quién y cómo juzga si es usted bueno o malo? Esa es otra ideología que acaba decidiendo qué es un buen empleado. Si usted no encaja en esa ideología, tratarán de convencerl­e de que es usted quien tiene un problema. Nunca ellos.

Los que pagan miserias no lo tienen.

Quienes triunfan por suerte tienen la ideología de que quienes no la han tenido y no han triunfado eran vagos o inútiles o las dos cosas. Y esa es la otra pregunta que debemos responder los filósofos: ¿a quién beneficia cada ideología?

Quien manda –dijo Marx– crea la superestru­ctura ideológica para cubrir la realidad.

Quien se beneficia de una situación inventa ideologías para disimularl­a ante los perjudicad­os y poder mantenerla. Nos explican muchos cuentos, y la mayoría los creemos, para justificar, por ejemplo, que nos paguen mucho menos del valor que generamos al trabajar.

¿Por qué es tan fácil engañarnos?

Porque los humanos somos seres esquizoide­s: somos animales, pero nos estamos contando continuame­nte el cuento de que somos personas. Para ser humanos, necesitamo­s contarnos ese cuento que sólo acaba al morir que es la conciencia. Pero no dejamos de ser animales.

¿Cómo nacen las ideologías?

Imagínese que usted se cree que es el Papa. No es cierto, pero esa fantasía cambia su modo de ser. Esa mentira acabará siendo cierta en parte.

Hay fantasías que existen.

En cambio, un árbol no se imagina que es otra cosa. Ni un tigre puede creer que es un gato. ¿Lo ve? Los humanos somos seres ideológico­s, por eso, quien domina la ideología nos domina.

Nuestra vida no tiene más sentido que el que le damos.

Y los animales no le dan ninguno. A nosotros en cambio esa doblez nos permite creer y elaborar ideologías que mezclan mucha mentira con alguna verdad. Fíjese en el racismo reciente.

¿Por la llegada de refugiados?

Los racistas repiten que a los musulmanes no les gusta la democracia y que quieren destruirla. Y es cierto, pero sólo para algunos musulmanes. La mayoría, en cambio, la aprecian, pero la ideología racista toma la parte por el todo.

Error categoriza­do por la lógica clásica.

Es que no me invento nada. Sólo repito las lecciones para razonar de Aristótele­s, Platón y Hegel. Las aplico a las ideologías dominantes y descubro su falacia y la realidad que encubren.

¿El dinero es una ideología?

La economía es una ideología y no una ciencia. Por eso busca legitimars­e con apariencia­s matemática­s y de respetable neutralida­d empírica y así aceptemos nuestra posición de inferiorid­ad económica como resultado de dinámicas naturales y científica­s. Wall Street preconiza que el dinero ya no depende de la materia.

¿Qué persiguen?

Que creamos que sólo ellos dominan esa magia misteriosa. Pero la realidad es que el dinero necesita un referente material para existir. Antes era oro y hoy es trabajo, bienes y servicios: esfuerzo y sudor muy reales y materiales.

Si no pagas la hipoteca, pierdes la casa.

El dinero parecía existir ya sin ladrillos, pero los ladrillos estaban allí y hubo que pagarlos.

¿Qué país maneja mejor las ideologías?

¡Hoy escuchamos cada día un cuento de paz y prosperida­d universal, pero hay una guerra...

¿La neoguerra fría de Putin ?

Esa es sólo una distracció­n de la ideología que encubre el conflicto real, que es que EE.UU. y la UE hoy pugnan por dominar el mundo.

Pues lo disimulan muy bien.

Google, Amazon, Facebook, Uber... eluden nuestros impuestos tras arruinar a empresas europeas que sí los pagaban. Y la UE lo consiente porque creemos esa ideología de aliados.

China también es una superpoten­cia.

Yo aprendí chino porque me lo creí hasta que fui a China y descubrí el cuento: sólo es una fábrica donde los chinos trabajan como esclavos para Occidente.

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? ara qué sirve la filosofía? (Y no sé si la pregunta sirve.)
Entonces mi depresión no es un problema psicológic­o, sino laboral, social, político...
XAVIER GÓMEZ ara qué sirve la filosofía? (Y no sé si la pregunta sirve.) Entonces mi depresión no es un problema psicológic­o, sino laboral, social, político...

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