Festival de metáforas
Broken Heart Story Autoría y dirección: Saara Turunen Lugar y fecha: Sala Atrium (27/IV/2016)
JOAN-ANTON BENACH
Imaginar el calvario que debe afrontar la mujer con vocación artística para compaginar su trabajo con las obligaciones domésticas que la sociedad, se supone, le encomienda es la cuestión principal que plantea la finlandesa Saara Turunen en la comedia Broken Heart Story en la sala Atrium. La obra es la tercera incursión de la compañía La Peleona en el universo de Turunen, una de las dramaturgas más importantes e innovadoras de Finlandia. El espectador tiene la impresión de que la autora no se priva de validar las intuiciones imaginativas y sarcásticas que se le presentan en el transcurso del proceso creativo, por alocadas que parezcan. Es suficiente con que un hilo de lógica, trémulo y sutil, ligue aquella intuición a la realidad planteada para que el pellizco tragicómico alcance la vibración, especial y cordial, de los aciertos inequívocos.
En efecto: Broken Heart Story se podría definir como aquella riada de sarcasmos capaz de llevarse hasta el pozo de las vergüenzas las expresiones machistas que perviven en una urbanidad que apuesta para abolir todo tipo de discriminaciones de género. Una riada, un lenguaje, que no tiene nada que ver con ninguna apologética feminista militante, sino con una pincelada poética intermitente que convierte el espectáculo en una saludable diversión de comienzo a fin. La anécdota se centra en las vicisitudes de las dos protagonistas y con la santa indignación de la autora que nos presenta a la del corazón roto equipada con... un bigote descorazonador.
Es la mujer mencionada al principio. Ella (Carla Torres) quiere ser una gran escritora, objetivo imposible si no disfruta de la libertad que para la creación literaria tienen los hombres. De aquí viene su severo camuflaje. Ella, además, se tiene que plantear temas muy primordiales si quiere llegar a la gloria. Y después de serias vacilaciones decide hablar del capitalismo y la muerte. Mientras tanto, su alma, una mujer (Patrícia Mendoza) con un vestido rojo, reluciente y bien ajustado para atraer el otro sexo, deja caer cerca de la bigotuda, una vez y otra, un papel de color rosa intenso, que la destinataria, airada, tira a la papelera: ella no quiere escribir frivolidades, no quiere dirigirse a ningún hombre ideal para verse condenada a una existencia frustrante. La otra, su alma, sí que se casa: lo hace con un guaperas finolis (David Menéndez) que siempre la besa en la frente. Turunen, autora y también directora experta y juguetona, hace intervenir en su pequeño festival de metáforas a una gata blanca (Carmela Poch) y a los padres de la mujer esquizoide (Pepo Blasco y Vero Cendoya), un dispensador de consejos tópicos y banales y, la madre, una obsesa de la limpieza, con un aspirador portátil que no para, todos ellos comediantes de primera.