“Shôko no es solo un restaurante o un club; es una fábrica de sueños”
Desde que abriera sus puertas, Shôko se ha convertido en una referencia del ocio de Barcelona. Un Restaurante con cuidada gastronomía, un ambiente cálido, la diversión del Lounge Club y un servicio implicado y atento son los pilares de la filosofía de Shô
Para quien no lo conozca, ¿qué es Shôko?
Shôko es un proyecto que empezó con la ilusión de crear un espacio acorde con esta Barcelona atractiva, abierta y seductora, reclamo cada vez de más visitantes. El reto de la ciudad ha sido el reto de Shôko, de modo que siempre quisimos aportar nuestra tesela en este maravilloso mosaico que es Barcelona. Hoy, cuando hablamos de Shôko, no hablamos solo de un restaurante o de un club, sino de una fábrica de sueños que funciona desde hace ya once años.
Combinando restaurante y club…
Así es. A la hora de crear Shôko decidimos que la decoración tenía que ser distinguida pero cálida y la cocina, refinada. Por eso apostamos por una gastronomía japonesa sin perder la esencia mediterránea y, al mismo tiempo, por un club que marcara tendencia en la mágica noche barcelonesa. Pero nuestra apuesta principal era intangible: dotar de alma estas paredes y este trozo de mar, cielo y sueños que es hoy Shôko.
¿Lo han logrado?
Absolutamente. Nuestro local es referencia y trendsetter de la noche, con fiestas temáticas diarias y la actuación de DJs nacionales e internacionales. Además, Shôko ha sido sede de eventos como los Premios Ondas, la Fórmula 1, los MTV, el 080 Fashion Week o el Bread & Butter, entre otros muchos. Imagino que el restaurante ayuda a lograr ese ambiente diferente…
Uno de los aspectos que nos hace distintos es esa capacidad para ofrecer una doble oferta gastronómica y de ocio. La cocina de Shôko ha ganado varios premios de manos de nuestro prestigioso
chef Gabriel Conti, pero seguimos evolucionando para incorporar nuevas sensaciones gastronómicas en la carta, bajo la misma premisa de siempre: calidad máxima del producto y creatividad y pasión en los fogones. Arte, cariño, producto, servicio y la satisfacción de nuestros clientes, nuestros verdaderos embajadores. De hecho, no es extraño que muchos de ellos lleguen a Shôko a cenar y alarguen la velada cuando a media noche el local se convierte en lounge club sin que apenas se den cuenta. ¿Cuáles son los retos de futuro de Shôko?
Hace once años decidimos poner en marcha una idea innovadora: traer Asia al Mediterráneo mediante el uso de madera oriental y los colores y sensaciones de la tierra, el aire, el fuego y el agua. Esa idea sigue siendo atractiva, pero el alma de Shôko nos exige más. Por eso queremos sorprender de nuevo al público y en septiembre comenzaremos una gran reforma del espacio Shôko que es un nuevo reto para nosotros. Será un cambio espectacular, innovador y atrevido, y lo será porque no tenemos miedo a los desafíos, a ser diferentes, a marcar la tendencia y no a seguirlas. Estamos tan ilusionados con proyectos, planos y maquetas que solo esperamos que llegue el momento de poder compartir esta ilusión cuando inauguremos el nuevo ambiente que estamos creando.
¿Cambiará eso la esencia del local?
No. Aunque la reforma esté a punto de empezar, no hay trasformación en la filosofía de trabajo ni en la esencia de Shôko. Nuestros clientes son el corazón que bombea la sangre de Shôko, ese pulso vital que nos motiva para dar lo mejor de nosotros cada día y no cumplir sus expectativas, sino superarlas. Somos un restaurante y un club para disfrutar, y esa esencia Shôko, la misma esencia de hace más de una década, se mantiene y se mantendrá viva cada día que abramos las puertas.
¿Tienen previsto hacer crecer la marca?
Tenemos un hermano que adoramos, Shôko Madrid. Allí apostamos por algo más urbano, muy cool, que además de ser club se ha convertido en el emplazamiento favorito de importantes empresas nacionales e internacionales para celebrar sus eventos. También es, desde hace dos años, una sala de conciertos donde se puede disfrutar de música en vivo con grandes artistas de la talla de Chris Brown, Pablo López, Najwa Nimri o Martin Garrix entre otros. Me pregunta si queremos crecer… Nos encantaría ver a Shôko viajar y crecer por el mundo: un Shôko Miami o un Shôko Dubai, tal vez... No sabemos qué nos deparará el futuro, pero sí sabemos que los sueños se hacen realidad, como ese maravilloso sueño rojo, negro y oro que arrancó en 2005.