La Vanguardia (1ª edición)

Audrey Hepburn se sinceró en las cartas a su mentor

A subasta diez cartas de la actriz en las que habla de su “corazón roto” y sus ilusiones

- SILVIA HINOJOSA

Detrás de aquellos ojos extraordin­arios de Audrey Hepburn había un gran poso de tristeza que queda al descubiert­o en la correspond­encia que la actriz mantuvo entre 1951 y 1960 con su amigo y mentor Felix Aylmer. Diez de esas cartas manuscrita­s, propiedad de la familia de Aylmer, saldrán a subasta el 29 de junio en Londres con un precio de partida de 3.500 euros.

Las misivas reflejan los altibajos en la vida personal de la actriz y ponen de relieve que su radiante imagen pública y el cariño que en aquellos años ya despertaba en el espectador tenían un envés demasiadas veces dramático. “Con el corazón roto te escribo para decirte que James Hanson y yo ya no estamos prometidos”, escribió Hepburn a su amigo, en una carta fechada en 1952, cuando tenía 23 años. Acababa de romper el compromiso de boda con el empresario James Hanson, a pesar de que ese mismo año, durante el rodaje de Vacaciones en Roma, la actriz aprovechó una pausa para hacer una escapada al taller de tres reputadas modistas italianas, las hermanas Fontana, que le cosieron un vestido de satén de color marfil –que no llegó a estrenar y fue subastado años después–. “Hay poco que deba explicarte de esta profesión. Durante un año pensé que era posible combinar nuestra vidas y nuestras carreras... Es una decisión muy triste, pero estoy segura de que es la única sensata”, escribió. A Hanson lo habían pillado con otras mujeres en discotecas de Londres, mientras ella rodaba en la capital italiana.

Vacaciones en Roma le valió un Oscar, un Globo de Oro y un Bafta por su papel protagonis­ta y supuso su verdadero despegue como actriz, pero Audrey Hepburn también enderezó su vida sentimenta­l. Había conocido en una fiesta en casa de Gregory Peck al actor estadounid­ense Mel Ferrer, doce años mayor que ella, y se enamoraron perdidamen­te. Juntos actuaron en la obra de teatro Ondina en Broadway, en 1954, que le valió a ella un premio Tony, así como en las películas Sabrina, ese mismo año, y Guerra y paz, en 1956. Antes de su boda en Suiza, en 1954, Hepburn escribió a Felix Aylmer, invitándol­e a la ceremonia secreta que iba a celebrarse “en una pequeña capilla” con un posterior refrige-

“No lo creerás, estoy en Montecarlo rodando una película francesa”, escribió en 1951 a su mentor Felix Aylmer

rio. “Nos encantaría que nos acompañara­s el día de nuestra boda. Te pondremos un coche para que te lleve, el viernes, a nuestro chalet en la montaña, junto a nuestros seres queridos... La boda será el sábado... Queremos mantenerlo en alto secreto para evitar a la prensa”, añadió.

Aylmer, que había sido su profesor de interpreta­ción y dicción durante sus primeros años en Londres, cuando intentó triunfar como bailarina, se había convertido en confidente, como receptor de estas cartas en las que la actriz abría su corazón. Como en la postal que le escribió en 1951, cuando tenía sólo 22 años y era aún desconocid­a: “No te lo creerás. Estoy en Montecarlo trabajando en una película francesa. El lugar es divino y esto es lo mejor que me había pasado jamás”, le explicó. La cinta era la comedia Monte Carlo Baby, de ese mismo 1951.

Durante los años de su matrimonio con Mel Ferrer, Hepburn compartió con Felix Aylmer algunas malas noticias, como los dos abortos naturales que sufrió. Pero en una carta fechada el 17 de agosto de 1960, la última del lote que se subastará en Londres, bajo el martillo de Bonhams, le hablaba del nacimiento de su primer hijo, un mes antes. “Sean es un sueño y me cuesta creer que lo tengamos”, le escribió, expresándo­le también su deseo de que conociera al pequeño. “Los tres te enviamos nuestro cariño, besos”, añadió.

En estas cartas, Hepburn muestra abiertamen­te su lado vulnerable ante quien claramente considerab­a una figura paterna. “Me pareció un frágil animalillo”, dijo acerca de la primera vez que vio a la actriz Hubert de Givenchy, que fue su modisto de cabecera y con quien mantuvo una íntima amistad. “Me convertí en una criatura melancólic­a, reservada y callada. Me gustaba mucho estar sola”, confesó ella años después.

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 ??  ?? Una década de emociones. Audrey Hepburn, arriba en una foto de los años sesenta, cuando ya era un icono del cine y la moda. A la derecha, en 1952, con su entonces prometido James Hanson. Abajo, con Mel Ferrer, en los primeros años de su matrimonio,...
Una década de emociones. Audrey Hepburn, arriba en una foto de los años sesenta, cuando ya era un icono del cine y la moda. A la derecha, en 1952, con su entonces prometido James Hanson. Abajo, con Mel Ferrer, en los primeros años de su matrimonio,...
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