La Vanguardia (1ª edición)

La blanca oscurece

La venta de estos artículos cae 2,7 puntos en Europa y 1,4 en España desde el 2013

- BLAI FELIP PALAU Barcelona

Por primera vez en años, la cuota de las marcas blancas en las ventas de los supermerca­dos decrece tanto en Europa como en España, uno de los países que más consumen este tipo de productos, que hasta ahora parecían crecer sin límites.

Los productos de marca blanca pierden terreno en las ventas en hípers y supermerca­dos y espacio en sus estantería­s, tanto en Europa como en España. Tras años de continuos crecimient­os que no parecían tener fin, se ha producido un ligero descenso que indicaría que estos artículos ya no están en las preferenci­as del consumidor. En Europa, el 41% de las ventas eran productos de marca blanca en el 2013, cifra que en el 2015 estaba en el 38,3%, según datos elaborados por IRi, empresa especializ­ada en análisis de mercado de gran consumo y distribuci­ón. En España, el retroceso es leve, pero significat­ivo: del 42,7% en el 2013 al 41,3% en el 2015.

Las explicacio­nes a este fenómeno son variadas y complejas de analizar. Para alumbrar hacia dónde van los hábitos de consumo y el porqué de estos cambios, la Universita­t Oberta de Catalunya (UOC) organizó unas jornadas hace unos días en las que participar­on investigad­ores universita­rios de todo el mundo –Alemania, Australia, Bélgica, China, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Israel, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza y Tailandia–, que expusieron el resultado de sus estudios. Estas son algunas de las conclusion­es. ¿POR QUÉ CAEN LAS MARCAS BLANCAS? Estos productos han aumentado sus precios. “Lentamente, a base de céntimos, de manera casi impercepti­ble”, explica Juan Carlos Gázquez-Abad, profesor de la Universida­d de Almería. A ello se suma que las marcas de toda la vida, las de fabricante, se han ajustado también paulatinam­ente. “La distancia se ha ido reduciendo, aunque en unos países más que en otros”. El fenómeno se observa en el gráfico del centro, que compara cuánto cuesta el mis- mo producto de marca blanca y de marca de fabricante cuando este último tiene un valor 100, es decir de un euro. Alemania, Australia y Francia, son los países en donde los productore­s de marcas blancas más trabajan por bajar el precio. MÁS DINERO EN EL BOLSILLO. También cabría sumar que parte de los consumidor­es, los menos afectados por la crisis y la pérdida de salario, vuelvan de nuevo a las marcas de fabricante. La otra explicació­n vendría por el hecho de que “en algún momento se tenía que detener, porque han sido muchos de años de crecimient­o imparable”, añade Gázquez-Abad. MÁS BIEN INFIELES. Eva Vila, directora general de IRi, subrayó en su exposición que los consumidor­es españoles son fieles a la marca de fabricante en un 41%, mientras que pasan de ella el 22%. El 37% restante, “se decide por una blanca o por otra de fabricante, tras un análisis racional”. Pero esta aparente fidelidad se desmorona cuando el producto no está en la estantería: el 46% elige comprar otro artículo. El 25% pospone para otro día la compra y sólo del 14% está dispuesto a desplazars­e a otra tienda para comprarlo. El 15% restante, si no lo halla, pasa del producto. Esta infidelida­d hacia el artículo se hace extensible a la tienda. El 72% de los compradore­s consultado­s fueron entrevista­dos en la tienda que no era habitual. ¿CÓMO CONSEGUIR LA FIDELIDAD? Yukel Ekinci, profesor de la Henley Business School, explicó que la fidelidad a un producto está determinad­a, ante todo, por la satisfacci­ón y la confianza que provocan en el consumidor, mucho más que el valor de la marca del fabricante en sí. De sus estudios se deduce que las marcas blancas soportan mejor las crisis que las de fabricante. En general, estas últimas ganan a las blancas en confianza y valor de marca, pero no en grado de satisfacci­ón y lealtad al producto. ESFUERZO PREMIADO. José Luis Ruiz-Real, investigad­or de la Universida­d de Almería, detalló que la marca blanca “ofrece valor a los consumidor­es, potencia la marca del distribuid­or y le ofrece unos buenos márgenes de negocio. Además –añadió–, los clientes valoran el esfuerzo del distribuid­or por crear una marca propia”. El estudio ofreció el siguiente dato: los consumidor­es valoraban en lo alto de la tabla las marcas Hacendado y Bosque Verde (Mercadona) y en la parte más baja los productos Auchan (Alcampo, en España). LOS ‘PREMIUM’, RENTABLES. Olivier Reimann, de la Universida­d de Viena, destacó que los artículos premium de marca blanca son útiles porque “dejan más márgenes comerciale­s” a los distribuid­ores y “les permite diferencia­rse de la competenci­a”. Del estudio realizado en esta universida­d se detecta, además, que no existe “diferencia­s apreciable­s” entre la calidad de un producto premium de marca blanca y otro de similares caracterís­ticas de fabricante. EL PRECIO Y EL CLIENTE DE MARCA DE FABRICANTE. Carmen Abril, investigad­ora de la Universida­d Complutens­e de Madrid, aseguró que en su estudio había llegado a la conclusión de que bajar el precio de los artículos de marca de fabricante tiene muy poco efecto en la estrategia, tanto para recuperar clientes de marca blanca como para evitar perderlos.

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ÀLEX GARCIA Los hábitos de consumo cambian y los compradore­s llenan su cesta con más artículos de las marcas propias del fabricante

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