Priyanka Chopra, de Bollywood a Hollywood
La actriz Priyanka Chopra es la estrella de Bollywood que está conquistando Hollywood
Bollywood tiene su propio starsystem. Las producciones internacionales apenas penetran en un mercado con 1.252 millones de personas y una cultura cinematográfica propia, y las películas indias tampoco suelen viajar fuera del país. Esto impide que podamos entender el poder de influencia de una actriz como Priyanka Chopra (33), una estrella indiscutible en India y que está en fase de expansión desde que protagoniza la serie estadounidense Quantico, un thriller sobre terrorismo con un fuerte componente romántico. El revuelo que despertaron sus axilas en la portada de la revista Maxim dejó entrever que con Priyanka no se juega y, sobre todo, que no se le puede blanquear ninguna parte del cuerpo con photoshop.
Es embajadora de Unicef, pide igualdad salarial para las mujeres y participa en campañas para acabar con la ablación infantil y una tradición todavía existente en su país como es casar a las hijas cuando todavía son niñas, impidiendo que tengan las mismas oportunidades y libertad de elegir su destino. “Estas prácticas violan los derechos fundamentales de niñas y mujeres”, dijo en un artículo en el periódico británico The Guardian. Pero esta hija de un médico del ejército y una ginecóloga es atrevida y no se muerde la lengua, así que también tiene unos cuantos claroscuros en su dilatada carrera desde que ganó el certamen de belleza Miss Mundo cuando tenía 18 años.
No estuvo especialmente acertada, por ejemplo, cuando argumentó que Quantico no era feminista porque sus personajes no odiaban a los hombres. Fue un error de concepto (y prejuicio machista) que no encaja con todas sus labores humanitarias y las veces que se ha definido como feminista. De hecho, su estado civil ya es todo un acto de rebeldía en India: no tiene prisa para dar el “sí, quiero” en un país donde los matrimonios concertados son todavía una realidad. Exaspera a los medios sensacionalistas que la casaron por error con Shah Rukh Jan (otra estrella bollywoodiense) y que intentan descubrir si realmente un joven indio se mudó a Los Ángeles con ella.
Lo más interesante de esta migración es que Priyanka nunca había pretendido vivir el sueño americano. Llamaron a su puerta del canal estadounidense ABC, que quería que interpretase una serie suya a cualquier precio. Le ofrecieron todos los guiones que tenían en desarrollo, y se quedó con el personaje de Alex Parrish, la agente del FBI que se maquilla tanto para seducir como para matar. Como durante su adolescencia había estudiado en Estados Unidos, viviendo con su tía en Massachusetts, Iowa
y Nueva York, podía disimular su acento sin ningún problema y salirse del cliché del taxista gracioso o de Apu, de Los Simpson.
Fue durante esta educación americana que sufrió el bullying en sus propias carnes. Algunos compañeros la llamaban “marrón” o “curry”. Pero está claro que los agresores no se salieron con la suya y cuando se instaló por segunda vez en la tierra de las oportunidades lo hizo con su propia serie, presentando en los Oscar y con las revistas rifándosela para colocarla en portada. Ella es una luchadora. y cuando las redes sociales pidieron que fuera la próxima chica Bond propuso romper moldes con un contundente “yo quiero ser Bond”.
Estos titulares impactantes, sin embargo, pasan por alto los peajes que ha tenido que pagar. Priyanka dice que no piensa en el género de los personajes, pero tiene pendiente de estreno el remake de Los vigilantes de la playa que ha rodado con Zac Efron y con una Pamela Anderson que promete una breve aparición. No quiere proyectar la imagen de objeto sexual que diga “ven y cómeme”, pero después puede cantarle a Pitbull que la “enfríe” porque se siente “muy exótica” y está “más caliente que el trópico”. Y mientras reivindica la belleza natural sin photoshop luce un rostro bien distinto del que tenía cuando se coronó Miss Mundo. La nariz perdió su carácter indio, y sus labios son más exuberantes.
Cuando quieres romper tantos moldes también es normal que rompas algún plato, y de momento ya se ha arrepentido públicamente de haber anunciado una crema que prometía “blanquear la piel”. Ahora no puede estar más orgullosa.
Su soltería es un acto de rebeldía en un país donde las bodas concertadas existen Sufrió ‘bullying’ en el instituto, donde la llamaban “marrón” y “curry” por ser india