Cerco a Google por monopolio publicitario
Europa acusa de abuso de posición dominante a la multinacional
“Google ha creado productos innovadores que han sido fundamentales en nuestras vidas, pero eso no le da derecho a negar a otras empresas la oportunidad de competir e innovar”, ayer la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, tras anunciar que abría un nuevo caso contra Google, el tercero en un año. Según las sospechas de la Comisión Europea la multinacional estadounidense ha abusado de su posición dominante, para impedir que sus competidores penetren en el mercado de los anuncios online.
Primero fue la herramienta de Google Shopping, luego Android y ahora, el sector de la publicidad. El Ejecutivo comunitario abrió ayer diligencias al gigante tecnológico porque teme que esté obligando a sus clientes a potenciar la publicidad de Google frente a sus competidores. A través de su plataforma AdSense Search, coloca anuncios especializados según la búsqueda que ha hecho el usuario en su navegador o según el contenido de la página en cuestión. Una práctica legal y de la que Google obtiene sus mayores beneficios, debido a que el 80% del mercado de este tipo de publicidad está en manos de la multinacional norteamericana.
Este elevado porcentaje se debe, en parte, a que Google obliga a las páginas webs de terceros donde coloca sus anuncios, a firmar una cláusula de exclusividad con la multinacional. Además, el Ejecutivo comunitario denuncia que el motor de búsqueda exige que sus anuncios estén situados en una situación privilegiada en las páginas web.
También a sus clientes que consulten primero a Google para autorizar la publicación de anuncios de la competencia. “Ser –una empresa– grande no es un problema. Pero es ilegal abusar de esta posición para restringir la competencia”, aseguró ayer Vestager.
La multinacional tiene ahora diez semanas para presentar su defensa e intentar convencer a Bruselas de que sus prácticas son acorde al derecho comunitario. Google ya ha empezado sus alegaciones y ha insistido en que sus productos “incrementan las opciones que tienen los consumidores europeos y promueven la competitividad”. No obstante, de confirmarse una sanción, un proceso que puede tardar años, podría llegar a ser hasta de 6.500 millones de euros, el 10% de su facturación.
No fue el único anuncio dirigido ayer contra la compañía. El Ejecutivo comunitario ha ampliado la investigación abierta en el 2010 sobre el servicio de comparación de precios Google Shopping. Un caso abierto por el entonces comisario de Competencia, el español Joaquín Almunia, y cuyos cargos formales se confirmaron el año pasado. Según las investigaciones, la multinacional norteamericana desvía artificialmente servicios de comparativa de precios de sus competidores con el objetivo de que los usuarios se vean obligados a utilizar Google Shopping cuando utilizan el buscador.
Según esa tesis, no aparecen “los resultados más pertinentes en la respuesta de las búsquedas”, sino los que Google espera que los internautas vean. La empresa tendrá ocho semanas para dar explicaciones sobre este caso, aunque ya presentó alegaciones en agosto pasado que no convencieron a la jefa de Competencia, quien pidió que las plataformas de comparativas de precios, sean tratadas como plataformas de venta, igual que Amazon o eBay, algo que no comparte el Ejecutivo comunitario.
La Comisión Europea teme que Google esté obligando a sus clientes a potenciar su publicidad on line