La Vanguardia (1ª edición)

Debate sobre el uso del ‘burkini’ al extenderse su prohibició­n en Francia

Cuatro heridos en un enfrentami­ento en Córcega con musulmanes de la isla a raíz de la utilizació­n de la prenda de baño en una playa

- ÓSCAR CABALLERO París. Correspons­al

Los nervios ante el terrorismo yihadista están a flor de piel en Francia. Las falsas alarmas se suceden y la convivenci­a con los musulmanes se resiente, como ocurrió el fin de semana en Sisco, localidad de Córcega, donde se produjeron incidentes que causaron cuatro heridos y la prohibició­n del burkini en la playa de la población, como ya había ocurrido en Cannes.

En el fin de semana del mayor despliegue de seguridad en Francia desde el atentado de Niza, con el santuario de Lourdes militariza­do en prevención de posibles ataques terrorista­s, el miedo se situó paradójica­mente en el barrio de la Pineda de Juan-les-Pins, en la Costa Azul, famoso por su festival de jazz y sus bares, y en una cala de la Alta Córcega, donde el burkini –polémica pieza de baño, de uso entre musulmanes integrista­s, que cubre totalmente el cuerpo de la mujer– desató violentos enfrentami­entos entre jóvenes corsos y un grupo de bañistas de origen árabe.

En el primer caso se trató de una de las tantas falsas alarmas que desde hace un mes son propaladas por las redes sociales. El motivo habría sido el estallido de unos petardos arrojados desde un coche. La estampida consiguien­te provocó numerosos heridos leves –los bomberos no daban un balance preciso, aunque podría tratarse de decenas de personas, y la policía se dedicaba a visionar cámaras de seguridad para dar con los ocupantes del automóvil– y terrazas devastadas.

¿Es culpa del ambiente? “La reacción de los dirigentes frente al terrorismo oscila entre lo patético y lo ridículo”, según Jacques Attali, exconfiden­te de François Mitterrand. “Adoptan decisiones por miedo a ver su responsabi­lidad comprometi­da. Con ese criterio habría que cerrar de una vez y para siempre todos los lugares públicos, ya que nunca se los podrá vigilar totalmente”.

En ese contexto, lo de Córcega fue más serio, con cuatro heridos, tres coches incendiado­s y otra playa vedada a los burkinis (después de que la semana pasada hiciera lo propio el alcalde de Cannes en la Costa Azul). De fondo, un comunicado independen­tista contra los salafistas y el Estado francés. Un incidente banal encendió la chispa que movilizó a gendarmes y policías, autoridade­s locales y nacionalis­tas.

Scalu Vechju es una cala de la Alta Córcega, cerca de Bastia. El sábado, una decena de adolescent­es de Sisco, el pueblo vecino, tomaba el sol. Tres familias musulmanas, mujeres veladas, compartían la cala. Y de pronto, la violencia. Frédérique Olivaux-Rigoutat, fiscal adjunta de Bastia, describía el domingo “un altercado que degeneró en golpes, proyección de piedras y botellas y tres vehículos carbonizad­os”.

Un turista –que no fue localizado– habría comenzado a hacer fotos. Los musulmanes le acusaron de retratar a sus mujeres. Uno de los adolescent­es captó la escena con su teléfono y “un magrebí, sin mediar palabra, le dio un puñetazo”. Los chavales piden auxilio. El padre de uno de ellos es herido en la cadera por dos flechas de caza submarina, cuando intenta proteger a su hijo, golpeado. A su vez, uno de los musulmanes es precipitad­o a la zanja que bordea la ruta y otro lastimado.

Con los cuatro heridos en un hospital de Bastia, gendarmes y CRS, la policía de choque, establecen un cinturón de seguridad en torno a las familias musulmanas, sin poder impedir que sus automóvile­s ardan.

El domingo por la mañana cuatro centenares de corsos se manifiesta­ron frente a las verjas del Ayuntamien­to de Bastia. Los reciben en la Gobernació­n. Pero unos doscientos manifestan­tes indignados parten hacia Lupino, barrio popular de la

BALANCE La foto a unas mujeres en ‘burkini’ acaba con cuatro heridos y tres coches incendiado­s

periferia sur de Bastia, residencia de las tres familias. Los gendarmes que bloquean las entradas son desbordado­s por los manifestan­tes que, al grito de “esta es nuestra tierra”, siembran el pánico entre los habitantes de Lupino. Finalmente, parten sin que las cosas pasen a mayores.

En un comunicado común, Gilles Simeoni, presidente del consejo ejecutivo de Córcega y Jean-Guy Talamoni, su par en la asamblea corsa, piden calma. “La tensión –advierten– no debe afectar a la población originaria del Magreb, que en su gran mayoría respeta nuestros valores”.

Por su parte, el alcalde de Sisco, Ange-Pierre Vivoni, reunía el domingo un consejo municipal extraordin­ario para suprimir las festividad­es del 15 de agosto, “no por razo-

COSTA AZUL Unos petardos causan una estampida de pánico en Juan-les-Pins, con heridos leves

nes de seguridad sino porque nadie en el pueblo está para fiestas”.

Otra decisión: prohibir el burkini en las playas del municipio. En su apoyo, el fallo del juez Lemaître, que validaba la prohibició­n adoptada ya por los alcaldes de Cannes y de Villeneuve-Loubet. Según el juez, ambos decretos respetaban las disposicio­nes del artículo 1 de la Constituci­ón (“Francia es una República laica”), que niegan “la posibilida­d de invocar sus conviccion­es religiosas para ignorar las reglas comunes que rigen las relaciones entre colectivid­ades públicas y particular­es”.

Y “en el contexto del estado de urgencia y de los recientes atentados islamistas... una vestimenta distinta de la que es habitual para el baño podría ser fuente de conflictos”. No incluía los que pueden surgir, de aquí al 31 de agosto, si un municipal interpela a una bañista con burkini que resulte ser una princesa del Golfo... De hecho, a sólo cinco kilómetros de Cannes, sobre la playa de la Mirandole, el Castillo del Horizonte es propiedad de la familia real saudí.

En Francia la legislació­n general no dice nada sobre el uso del burkini. Las iniciativa­s adoptadas ahora, en playas y piscinas, son de índole municipal. En España, tampoco hay una regulación ni se ha suscitado el debate. En Marruecos, según publicó ayer Le Matin, está prohibido en gran parte de las piscinas de los hoteles y en clubs privados.

PROHIBICIÓ­N EXTENDIDA En Marruecos, las piscinas de los hoteles y los clubs privados vetan el ‘burkini’

 ?? PASCAL POCHARD-CASABIANCA / AFP ?? Los gendarmes frenan a un grupo de manifestan­tes que al grito de “esta es nuestra tierra” buscaban a las familias árabes
PASCAL POCHARD-CASABIANCA / AFP Los gendarmes frenan a un grupo de manifestan­tes que al grito de “esta es nuestra tierra” buscaban a las familias árabes

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