Arquitectura neolítica
La declaración de los dólmenes como patrimonio mundial aviva el interés del público por esas construcciones prehistóricas
La reciente consideración de los dólmenes de Antequera como patrimonio mundial, el primer conjunto megalítico de la Europa continental que obtiene este reconocimiento, ya se deja notar en la localidad malagueña, que ha experimentado un considerable incremento en el número de visitas.
El interés por el hombre primitivo sigue muy presente en las sociedades modernas. La reciente consideración de los Dólmenes de Antequera como patrimonio mundial, el primer conjunto megalítico de la Europa continental que obtiene este reconocimiento, ya se deja notar en la localidad malagueña, que ha experimentado un considerable incremento en el número de visitas. La semana que la Unesco incluyó a estos dólmenes en su famosa lista más de 3.200 personas visitaron el conjunto. En la misma época del año anterior lo habían hecho apenas 700.
Son seis milenios de historia los que contemplan los túmulos de Menga y Viera, cada uno de 50 metros de diámetro. A unos tres kilómetros se sitúa el tholos de El Romeral, con dos cámaras de planta circular y un corredor de entrada. En dirección noroeste se impone la Peña de los Enamorados, un risco con forma de cara humana que mira al cielo. Al suroeste se halla el paraje natural de El Torcal, con sus formaciones mágicas. Todos estos elementos, agrupados bajo el genérico de Dólmenes de Antequera, han sido reconocidos por la Unesco en la accidentada reunión mantenida por la organización de las Naciones Unidas en Estambul, abruptamente interrumpida por el fallido golpe de Estado contra el presidente Erdogan.
Aún es un misterio cómo nuestros ancestros fueron capaces de desgajar, transportar y colocar piedras de hasta 180 toneladas de peso para construir el conjunto megalítico más grande de Europa, un tesoro que durante siglos estuvo oculto a los ojos del hombre moderno hasta que dos hermanos jardineros descubrieron lo que se ocultaba bajo aquellas livianas colinas. Bartolomé Ruiz es el director del conjunto y uno de los grandes expertos nacionales en este tipo de monumentos.
Las tumbas prehistóricas de Menga, Viera y El Romeral esconden además un secreto que les hace únicas. Fue el arqueoastrónomo británico Michael Hoskin, catedrático emérito de la Universidad de Cambridge, el primero que se dio cuenta de que entre los más de tres mil megalitos estudiados en Europa y norte de África, sólo los de Menga y El Romeral no están orientados hacia el sol naciente, sino que lo hacen hacia elementos del paisaje.
Hoskin concluye que los cons- tructores de Menga y El Romeral estaban fascinados con lo que veían y orientaron el primer dolmen hacia la barbilla de la figura humana de la Peña de los Enamorados, y el segundo hacia el punto más alto de la sierra de El Torcal, situada a unos 11 kilómetros de Antequera. La Peña de los Enamorados sólo tiene perfil antropomórfico si se observa desde Archidona y desde la colina de los dólmenes de Antequera. Únicamente el megalito de Viera está orientado “de forma canónica” hacia la salida del sol de modo que su luz entra hasta el fondo de la cámara mortuoria los días de los dos equinoccios.
La concesión del título de Patrimonio Mundial es, con todo, revocable y la Unesco volverá a Antequera en diciembre del año 2019 para comprobar si se han llevado a cabo los cambios exigidos en la zona para mantener esta consideración de patrimonio mundial. La Junta de Andalucía tiene que culminar el museo del conjunto, rebajando la estructura que ya está construida, hoy sin uso divulgativo, y dotándola de una cubierta vegetal para minimizar su actual impacto visual. El Ayuntamiento, por su parte, se ha comprometido a reducir el suelo industrial y plantar un millón de árboles en el entorno, para esconder visualmente el polígono que actualmente rodea los dólmenes de Menga y Viera.
Con la inclusión en la lista del patrimonio mundial, Antequera pretende entrar en un circuito turístico al que hasta ahora daba la espalda. La esperanza es que los touroperadores empiecen a ofertar una amplia propuesta cultural, dentro del paquete de ocio de quienes llegan a la Costa del Sol en busca de algo más que playa y chiringuitos. La Diputación de Málaga ya ha hecho números y le sale que el turismo crecerá en la zona un 28% en el 2017 y hasta un 39% dos años más tarde. Una versión del cuento de la lechera que se puede ir al traste si las administraciones no cumplen con lo prometido, como suele suceder.
Es aún un misterio cómo nuestros ancestros lograron colocar piedras de hasta 180 toneladas de peso