Héroes equinos
Los jinetes rinden homenaje a sus monturas, que valen millones de euros
Oro para Valegro, plata para Weihegold Old y bronce para Desperados-Sprehe. El resultado de la prueba de doma de ayer en la pista del Parque Ecuestre General Eloy Menezes en Deodoro llamaba la atención, pero es que los verdaderos artistas de la final más relajante de los Juegos fueron los caballos. Y esos, sus nombres, como el alazán de Severo Jurado, que responde por Lorenzo, o el de Beatriz Ferrer-Salat, cuyo nombre es Delgado.
Lorenzo acabó entre aplausos, pero se tuvo que contentar con la quinta posición, por detrás de los grandes de este deporte, habitualmente británicos y alemanes. Su final con música de Jon Bon Jovi gustó más al público que al jurado. Y Delgado, un westfaliano que nació en el año 2001, fue el décimo en la final.
Ganaron las medallas tres amazonas, pero todas ellas rindieron tributo al trabajo de sus caballos, los verdaderos héroes de esta disciplina. Todos los participantes destacan el valor del caballo no sólo en la competición, sino en los días previos con la atmósfera que se crea en la pista y alrededor de ella y, especialmente, en los viajes con toda la complicidad logística que exigen.
“Lorenzo es muy buen caballo en todo. El tío siempre está ahí y yo estoy contento con él. Y viaja muy bien. Normalmente lo hacemos en camión, pero ha ido en barco una vez a Noruega y para llegar aquí hemos venido en avión. Yo no pude viajar con él pues por problemas de exceso de gente la federación prefirió que lo hiciera el veterinario. Pero siempre procuro viajar con él”, explicó Jurado, un jinete sevillano que se fue a vivir a Dinamarca. Trabaja en la cuadra Helgstrand’s que se halla en la localidad de Vodzkov. Y allí empezó a montar a Lorenzo, que nació en Baviera y tiene en este momento 10 años.
“Es un caballo joven y yo soy joven, así que esto debe ser el principio. Estoy muy satisfecho con la quinta posición. Dentro de cuatro años, en Tokio 2020, él tendrá 14 años, una edad ideal para la competición”, manifestó Jurado. Para el corcel de Beatriz Ferrer-Salat serán posiblemente sus últimos Juegos Olímpicos. La amazona catalana posee, además de Delgado, otros siete caballos que cuida con mimo en una instalación única, Villa Equus, al pie del Montseny.
Estos caballos top de la final de doma valen millones de euros, como admiten ambos. Jurado no es el propietario. Monta a Lorenzo hace un año. “Aquí venimos con un único caballo. Esta competición es un binomio. No puedes venir con más de uno y elegir el que te conviene”, afirma orgulloso de su caballo, con el que espera seguir en la élite de este deporte los próximos años.
Como muchos de los visitantes que han acudido a presenciar estos Juegos, los caballos también ha sido vacunados y han pasado la cuarentena. Los cuidados médicos para los animales son extremos. Esa parte del binomio del que habla Jurado tiene que estar también en perfectas condiciones para la competición.
Severo Jurado fue quinto con Lorenzo y Beatriz Ferrer-Salat acabó décima con Delgado