El ‘Papa’ del fútbol brasileño
JOÃO HAVELANGE (1916-2016) Séptimo y controvertido presidente de la FIFA
João Havelange, presidente de la FIFA durante 24 años, falleció ayer a causa de una neumonía en Río de Janeiro, donde había nacido hacía 100 años. Con la muerte de Havelange se va un personaje controvertido que no despierta ninguna simpatía fuera de Brasil. Un personaje que supo convertir el fútbol en el negocio que es hoy en día, con los Mundiales como su máximo exponente, pero también una figura pública que no se puede entender sin su apoyo a las dictaduras sudamericanas de los setenta, una persona ligada íntimamente a la corrupción que acabó por estallar en el seno de la FIFA en el verano del 2015, y que mandó a la cárcel a nueve de los dirigentes del máximo organismo rector del fútbol, muchos de ellos nombrados por el propio Havelange, que ya en el 2013 tuvo que dimitir como presidente de honor de la FIFA después de que el comité de ética descubriera que llegó a recibir sobornos.
Havelange no comenzó en el deporte en el mundo del fútbol. Participó en los Juegos de Berlín (1936) como nadador y en los de Helsinki (1952) como waterpolista. Retirado de la actividad deportiva, se dedicó a la abogacía, se hizo empresario y durante 58 años presidió una compañía de transportes.
Su carrera como dirigente deportivo comenzó en 1958 en la Confederación Brasileña de Deportes. Los tres Mundiales de Fútbol que la canarinha ganó con Pelé de figura le abrieron las puertas de la FIFA, a cuya presidencia llegó en 1974 como sucesor del inglés Stanley Rous.
Enseguida Havelange entendió el fútbol como un negocio y el mejor escenario publicitario en el planeta, así como un objeto de subasta para las televisiones, dispuestas a pagar lo que sea para hacerse ver en el escaparate. El dirigente brasileño atrajo a su deporte a marcas norteamericanas como Coca-Cola, Nike o McDonald’s, hasta entonces sólo interesadas en deportes más propios de Estados Unidos. Los primeros Mundiales bajo el mandato de Havelange, los de Argentina 1978, fueron también los más polémicos; en plena dictadura de Videla, con una fuerte presión internacional para que no se jugara al fútbol en un país con miles de detenidos políticos, con partidos claramente amañados, como el 6-0 de Argentina a Perú… La foto con Havelange dando la Copa del Mundial a Daniel Passarella al lado de Videla marca toda una época.
La corrupción acabó salpicando también a otro de los personajes incombustibles del fútbol brasileño, Ricardo Teixeira, el yerno de João Havelange, y dimitido presidente de la Confederación de Fútbol Brasileña, así como expresidente del Comité Organizador del Mundial 2014. Teixeira ha sido señalado en su país como el naranja de Havelange en los pagos, expresión utilizada para referirse a un testaferro.
El nombre de Havelange también tiene que ser asociado con el de Diego Maradona, el mejor jugador de la época en que el brasileño mandó en el fútbol. Maradona le dirigió fortísimos insultos después de que le expulsaran por dopaje en el Mundial de Estados Unidos (1994), un Mundial ganado por la Brasil de Bebeto, Mauro Silva o Dunga: “Si mis padres fueran Havelange o Blatter (su sucesor en la presidencia de FIFA, luego expulsado por corrupción), preferiría estar muerto. Son unos hijos de puta y los que los rodean también”. La inquina de Maradona hacia Havelange ha perdurado con el paso de los años.
La salud de Havelange llevaba unos años deteriorada. Desde hacía un mes estaba ingresado en un hospital de Río por problemas respiratorios y a nadie sorprende este desenlace. Brasil le despedirá con honores. El estadio del Botafogo, uno de los principales clubs de la ciudad, lleva su nombre. En él se celebran en estos días las pruebas de atletismo de los Juegos de Río.