La Vanguardia (1ª edición)

Eliminació­n de manual

Serbia, actual campeón del mundo, jugó a un gran nivel y no dio opción a España

- CARLOS MARTÍN Río. Servicio especial

La selección masculina de waterpolo, como el día anterior la femenina, no estará en la lucha por las medallas después de caer ante el máximo candidato al título, Serbia, por un concluyent­e (10-7). España se despidió mucho antes del torneo. Exactament­e cuando Italia y Croacia, que en la última jornada de la fase de grupos jugaban después del empate entre españoles y montenegri­nos, decidieron evitar a Serbia a toda costa. Ahora, también como las chicas, deberá seguir en competició­n, pero por los puestos del 5al8.

Italianos y croatas querían dejar primera del grupo a España, para que tropezara con el cuarto del otro, nada menos que Serbia. De modo escandalos­o, Italia cayó ante Estados Unidos y Croacia frente a Francia, dos equipos que ya estaban eliminados. “El sistema lo permite –razonó ayer Gabi Hernández, selecciona­dor español–. Así es la competició­n y ahora no vale buscar excusas. Ya se sabe que cada uno busca lo mejor para él. Nosotros cumplimos al hacer una buena fase de grupos. Tratábamos de quedar entre los tres primeros para evitar a Serbia en el cruce, pero esta quedó cuarta y nuestro objetivo no se cumplió. Al final nos tocó el peor adversario a nosotros”.

Siempre ha sido así en los Juegos. Esta es una eliminació­n de manual producto del capricho del calendario, que fijó el partido de España ante Montenegro el primero de la jornada clave, y del oficio de dos seleccione­s como las de Italia y Croacia que juegan también muy bien fuera de las piscinas.

Serbia, campeona de Europa y del mundo y auténtico ogro del waterpolo internacio­nal, apareció en el peor momento para España. En la primera fase perdió de forma increíble un partido, ante Brasil, y empató otros dos. Y en el que superó a Japón llegó a perder el primer cuarto por un incomprens­ible parcial de 2-5. Ayer, sin embargo, jugó a su verdadero nivel y al descanso ya obtuvo una renta suficiente de cuatro goles (7-3) con parciales de 3-1 y 4-2. La defensa española no aparecía y los serbios dominaban con comodidad el encuentro de cuartos de final.

Sin embargo, el tercer cuarto fue controlado por los españoles, que reaccionar­on con un 0-2 aprovechan­do que en ese momento apareció Dani López Pinedo con tres paradas muy oportunas que desconcert­aron a los serbios. “Allí vi la luz”, admitió Hernández, que reconoció que España jugó peor que otros días, “sobre todo defensivam­ente y

Croacia e Italia perdieron en la última jornada en la fase de grupos para evitar a Serbia en los cuartos

por el lado derecho”. Al comienzo del último cuarto se llegó con un resultado de 7-5, un marcador que daba margen a la remontada. Faltaban ocho minutos y la proeza aún era posible.

O eso soñaban en el banquillo español. Pero en realidad fue un espejismo. Llegaron los fallos en la superiorid­ad numérica (cinco de 11 al final) y Serbia se llevó el partido. La lógica olímpica volvió a imperar.

La selección deberá jugar ahora el torneo de consolació­n. “Veníamos con la ilusión de luchar por las medallas, pero ahora nos toca jugar dos partidos dramáticos por el quinto puesto. Estos partidos en muy pocos deportes se disputan, pero nosotros sí y trataremos de jugarlos con la mayor dignidad posible”, apostilló el selecciona­dor.

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GABRIEL BOUYS / AFP Baloo Sziranyi durante una jugada del partido de ayer ante Serbia
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