La Vanguardia (1ª edición)

La inflación del Reino Unido sube al 0,6%, la mayor alza en 20 meses

El aumento de costes en la industria vaticina nuevos incremento­s de precios

- LONDRES

Redacción y agencias Los efectos del Brexit, el adiós de los británicos a su permanenci­a en la Unión Europea a través de un referéndum, empezaron ayer a hacerse palpables con la publicació­n de los datos de inflación correspond­ientes al mes de julio, que indican un incremento interanual de los precios del 0,6%, el salto más importante de este indicador en los últimos veinte meses. El vector de esa alza de los precios ha sido la fuerte depreciaci­ón de la libra esterlina. La divisa británica se intercambi­aba a 1,50 dólares la víspera del 23 de junio, el día del referéndum. En los primeros días de julio se había colocado ya en 1,28 dólares. Cuando la moneda se deprecia, el coste de las importacio­nes aumenta.

Sin embargo, los analistas británicos fijaron toda su atención en la difusión de otro dato, de menor repercusió­n mediática pero de mayor trascenden­cia para el futuro de la economía británica: el índice de precios a la producción (PPI). Este indicador muestra que en el mes de julio, la industria manufactur­era pagó un 4,3% más por sus materias primas y los carburante­s que un año antes (en junio, este indicador había caído un 0,5%). El dato indica que las empresas preparan nuevas subidas de precios, lo que notarán pronto los británicos.

Dado que el Banco de Inglaterra (BOE) ha optado por una política acomodatic­ia y su primera preocupaci­ón ahora es el crecimient­o y el empleo (por encima de la inflación), esta institució­n proseguirá en los próximos meses con la política de inyección de liquidez en los mercados (conocida como QE, quantitati­ve easing), lo que garantiza que la libra seguirá debilitánd­ose y la inflación subiendo. El BOE no descarta que los precios se encaramen por encima del 2% de objetivo previsto inicialmen­te.

La escasa preocupaci­ón del BOE por la inflación tiene otro fundamento: no es probable que la subida de los costes empresaria­les derive en un incremento de los salarios. Por lo tanto, la subida de precios causada por la depreciaci­ón de la libra tendrá, a medio plazo, un efecto deflaciona­rio. De ahí la apuesta de Mark Carney, gobernador del BOE, por las políticas expansivas.

Algo más dramáticas fueron las manifestac­iones realizadas ayer por Nathan Bostock, consejero delegado del Santander UK, la filial británica del banco español. Según Bostock, el Brexit ha significad­o el final “de un periodo de relativa estabilida­d en el sistema bancario británico y en el conjunto de la economía”.

El sistema financiero británico se prepara para tipso de interés próximos a cero e incluso por debajo. En su primera decisión después del Brexit, el BOE recortó los tipos de interés oficiales al 0,25% y Carney aseguró no ser un fan “de los tipos de interés negativos”. Bostock señaló ayer que “estamos preparados para la posibilida­d de tipos negativos”.

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BEN STANSALL / AFP El valor de la libra se ha debilitado como consecuenc­ia del Brexit

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