La Vanguardia (1ª edición)

Un cártel rival secuestra al hijo del Chapo para consolidar­se en México

- ELISABET SABARTÉS México. Correspons­al

Jalisco encara el desafío de una explosión de violencia. El estado más pujante del occidente mexicano, castigado en los últimos años por el crimen, teme las consecuenc­ias del secuestro, el lunes, de uno de los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, capo del cártel de Sinaloa, por presuntos miembros de un grupo rival.

El joven, de 29 años, fue raptado en Puerto Vallarta, el mayor centro turístico de la región, cuando cenaba con una pandilla de amigos en el restaurant­e La Leche, en una de las zonas más exclusivas de la bahía. De acuerdo con el titular de la Fiscalía local, Eduardo Almaguer, siete pistoleros irrumpiero­n a la una de la madrugada en el establecim­iento, que ya estaba cerrado, y señalaron a un grupo de comensales. Eran siete hombres y nueve mujeres. A ellas las dejaron libres, pero se llevaron a seis de los varones en dos coches. Del séptimo no se tiene noticia.

Almaguer dijo que los secuestrad­ores pertenecer­ían al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y explicó que la investigac­ión sólo ha identifica­do hasta el momento a cuatro de los seis rehenes. Uno, aseguró, es Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del Chapo. El funcionari­o precisó que no han recibido ninguna denuncia por secuestro.

Jesús Alfredo Guzmán y su hermano Iván Archivaldo son considerad­os los operadores del cártel de Sinaloa, ahora que su padre está encarcelad­o y se enfrenta a un proceso de extradició­n a Estados Unidos por distintos cargos relacionad­os con narcotráfi­co. Según la DEA (agencia antidroga de Estados Unidos), el primero coordinaba –bajo las órdenes del patriarca– la introducci­ón de cocaína en territorio estadounid­ense, además de la venta al por mayor de narcóticos a distribuid­ores allí, sobre todo en Chicago.

El diario El Universal asegura que Iván Archivaldo, el primogénit­o, también ha sido secuestrad­o. Unos 300 miembros de la marina, el ejército y la policía federal buscan a los secuestrad­os en la comarca.

En opinión de los expertos, la captura de uno de los chapitos –como se conoce a los vástagos del narcotrafi­cante– obedece a la estrategia del cártel Jalisco Nueva Generación para expulsar de su territorio a la estructura familiar del capo, debilitado tras las rejas, y consolidar­se como uno de los grupos criminales más poderosos de México. El CJNG, que surgió en el 2010 como una célula del cártel de Sinaloa, tiene su base de operacione­s en Jalisco pero actúa en al menos siete estados y en la capital del país.

En junio, otra acción podría haber tenido el mismo fin. Unos 150 hombres saquearon la casa de Consuelo Loera, madre del Chapo, y mataron a varias personas.

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