Luisiana, bajo las aguas
El estado sureño de Luisiana vive sus segundas inundaciones catastróficas en solo cinco meses. Once muertos, más de 30.000 personas evacuadas y unas 40.000 viviendas afectadas era el balance ayer desde que el viernes de la semana pasada 48 horas de lluvia continuada provocaron un torrente de agua de un metro de altura. Hasta veinte localidades fueron declaradas zona catastrófica. En la capital del estado, Baton Rouge, la población empezó ayer a regresar a sus casas, mientras decenas de funcionarios se dedicaban a buscar coches arrastrados por las aguas. Sin embargo, al sur de la ciudad se temía por otras comunidades que aún podrían verse afectadas. Según The New York Times, aunque en Luisiana este tipo de desastres no es nada raro, está ocurriendo lo mismo en media docena de estados según un patrón que los meteorólogos atribuyen en parte al cambio climático. El desarrollo urbano es un factor añadido, señala el diario, ya que las nuevas construcciones no han tenido en cuenta que ya no llueve como cuarenta años atrás.