La Vanguardia (1ª edición)

El Síndic investiga la contaminac­ión del agua en La Bisbal y Forallac

- BÀRBARA JULBE Girona

Nuevo capítulo en la crisis hídrica de La Bisbal d’Empordà y Forallac. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha abierto una actuación de oficio a raíz de la contaminac­ión por exceso de herbicidas del agua potable que ha dejado a 12.000 vecinos de La Bisbal y 1.800 de Forallac sin poder beberla del grifo ni usarla para cocinar desde el pasado 4 de agosto.

Ribó pide informació­n al Ayuntamien­to de La Bisbal, a la empresa gestora del suministro (Sorea) y a la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) sobre las actuacione­s adoptadas para garantizar el suministro a los vecinos, ya sea de manera transitori­a o permanente una vez esté resuelto el episodio de contaminac­ión. También reclama si se prevé compensar a las personas afectadas por un servicio al cual no han podido acceder y, desde el punto de vista ambiental, solicita informació­n para conocer las causas y el origen de la contaminac­ión.

El alcalde de La Bisbal, Lluís Sais, quien se pone a disposició­n del Síndic, no esconde su perplejida­d. “Me sorprende esta actuación de oficio sin que previament­e el Síndic se haya puesto en contacto con el Consistori­o para saber el alcance de todo. Lo que representa para el ciudadano beber agua del grifo o usarla para cocinar no llega al 5% del consumo, mientras que el resto, que es la mayor parte, se destina a duchas, lavadoras, lavar los platos y jardín. Parece que en La Bisbal no hay agua para nada y hay agua para el 95% de las cosas para las que se usa”, advierte el alcalde.

En un comunicado, el Síndic recuerda que “el acceso al agua potable es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y un servicio básico”. Con esta actuación de oficio, Ribó pretende analizar la situación, la actuación de las administra­ciones implicadas y las empresas competente­s.

Mientras el agua no sea apta para el consumo, el Ayuntamien­to abastece desde el pasado martes a la población con un camión cisterna, al que ya han acudido en estos dos días más de 200 vecinos. La cuba, con 17.000 litros, recorre los días laborables las calles del municipio y se para en seis puntos distintos. El servicio es gratuito y los afectados pueden llenar tantas garrafas como sea necesario.

Hoy está previsto que lleguen los filtros de carbono activo y se coloquen a las salidas de los depósitos, ello permitirá que desaparezc­an los plaguicida­s. Mañana se analizarán las muestras y los resultados se enviarán al Departamen­t de Salut. “Si todo es favorable, Salut declarará el agua apta para el consumo. La previsión es que a mediados de la próxima semana el servicio esté normalizad­o con plenas garantías para el ciudadano”, según Sais.

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