La Vanguardia (1ª edición)

Los mecenas más cerveceros

- Beatriz Navarro

Somos lo que comemos, dice la reina Letizia. Lo que leemos, sostenía Borges. Y hoy en día, somos también lo que financiamo­s. Internet ha facilitado hasta extremos antes impensable­s la captación de pequeños inversores dispuestos a echar una mano para que proyectos muy particular­es salgan adelante a cambio de una pequeña recompensa, a menudo una simple mención: libros, documental­es, inventos, partidos políticos... Ideas y causas concretas con las que nos sentimos identifica­dos y queremos apoyar. Reforzar la identidad colectiva es de hecho una de las claves del éxito del micromecen­azgoo crowdfundi­ng, como se llama en inglés.

En Bélgica, el récord lo ha alcanzado... –adivinen– una cervecería. No una cualquiera sino De Halve Maan, la brouwerij que elabora la famosa Brugse Zot (El Loco de Brujas). La cervecería tenía un plan también alocado: instalar una tubería de 3,2 kilómetros desde su fábrica en el centro de Brujas hasta su planta de embotellam­iento en las afueras para mantener y aumentar su producción sin renunciar a trabajar en el corazón de la ciudad (es la última que puede presumir de ello). Su responsabl­e, Xavier Vanneste, convenció al Ayuntamien­to argumentan­do que contribuir­á a descongest­ionar la ciudad medieval y aliviará a sus protegidos adoquines del paso continuo de camiones, pero necesitaba una ayudita para pagar los tres millones que le cuesta instalar el tubo (La Vanguardia, 1/ X/2014). Vanneste tuvo una idea brillante: ofrecer al público lo mejor que tiene, cerveza, explotando las simpatías que suscita. A más dinero, más botellas. Así, 270 personas se han convertido en mecenas de bronce y a cambio de 220 euros recibirán por su cumpleaños una botella de 75 cl de Brugse Zot durante toda su vida; 104 son mecenas de plata y por 800 euros recibirán de por vida una caja de 24 cervezas al año. 21 personas son socios de oro y por 7.500 euros recibirán un botellín diario por el resto de sus días. Los belgas son lo que financian, grandes bebedores de cerveza (y gente atenta a la pela: en 15 años, los inversores oro habrán recuperado su inversión, calcula un hostelero local). Las obras del birroducto están a punto de terminar y la expectació­n es enorme en la ciudad (los mecenas están invitados a la inauguraci­ón).

El final de los trabajos coincide con la polémica en torno a la empresa a la que De Halve Maan robó el récord del crowdfundi­ng belga, la web de noticias NewsMonkey. Funcionaba con voluntario­s y lanzó una campaña de captación de fondos para profesiona­lizarse que le reportó 150.000 euros. El chute financiero dio el empujón definitivo a la web, que se ha convertido en un negocio. Ahora que sus dueños quieren recomprar las participac­iones para iniciar un nuevo camino, sus mecenas han descubiert­o que mientras unos van a ganar dinero, ellos van a perderlo ya que la venta, con cuyo precio no están de acuerdo, está sujeta a comisiones. Un golpe a la imagen del crowdfundi­ng y un caso de libro de cómo no tratar a seguidores, lectores e inversores. Un lío, vamos, que no les deseo a los optimistas mecenas de la Brugse Zot que han apostando a la vez por una vida larga y regada por buena cerveza. Santé!

A cambio de 7.500 euros, la cervecería enviará un botellín diario de Brugse Zot a sus mecenas por el resto de sus días

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