Gigi Hadid y la esclavitud de las líneas, las modas y tendencias
Gigi Hadid vuelve a estar en boca de todos, y de nuevo a causa de sus curvas, aunque esta vez por la ausencia de ellas. Es la eterna esclavitud de las modas y tendencias que obliga a (ciertas) mujeres a someterse a todo tipo de sacrificios para lograr enfundarse en unos diseños que las lleve a emular a las modelos que los lucen en las pasarelas, como si ellas fueran el paradigma de la perfección estética.
Las curvas de Gigi la colocaron en el centro de todos los comentarios, pues al parecer excedían de estos cánones absurdos. Para afrontar su postura y defender su posición de top model sin perder la hegemonía, te- nía que perder peso. Pero su nueva y reducida silueta ha provocado la aparición de nuevos detractores que esta vez la atacan desde el otro flanco, el que abandonó para favorecer a un tipo de fans. Le recriminan ahora el haber perdido esas redondeces de Venus Calipigia que, sin llegar a ser las de las mujeres del clan Kardashian, eran también notables. Gigi, políticamente correcta, ha colgado sus nuevas fotos en la red justificando que su cuerpo ha experimentado el cambio propio de niña a mujer. Que estuvo rotunda a los 17 años, pero a los 21 ya ha conseguido una silueta absoluta, que dice es la que le toca por edad. Pero que sigue comiendo sano y haciendo ejercicio, aunque la masa muscular que ganó practicando el voleibol se ha convertido en tejido fibroso adquirido con la práctica del boxeo. Y aconseja a quienes critican estas imágenes que, antes de formularlas, piensen en las jóvenes a las que puede afectar la lectura de estos comentarios.