La Vanguardia (1ª edición)

La increíble aventura de Santiago Lange

- CARLOS MARTÍN

Los hijos pequeños del argentino Santiago Lange, Theo y Borja, que son gemelos, viven en Barcelona y tratan de salir adelante en el mundo de la música. Cuando el regatista que ha conmovido al mundo con su asombrosa victoria en la clase Nacra 17 a los 54 años y después de cinco intentos en anteriores Juegos Olímpicos celebró su pasado cumpleaños, el 22 de septiembre, aprovechó para visitarlos y para operarse de cáncer en Barcelona. Le extirparon tres cuartas partes de uno de sus pulmones.

Fue Cecilia Carranza, su compañera en el barco que le ha proporcion­ado su tercera medalla olímpica (poseía ya dos bronces ganados en Atenas y Pekín), la que le acompañó hasta Barcelona para que se sometiera a tan delicada intervenci­ón quirúrgica. Lange la superó con creces y, como ha explicado aquí en Río, a los cinco días ya iba en bicicleta y al mes regresó al mar. “Fue tremendo. Yo lo llevé al hospital en Barcelona cuando se descompuso. Jamás pensé que podría recuperars­e y acá estamos, listos para navegar”, había explicado Carranza a la prensa argentina los días previos a los Juegos.

En el campo de regatas carioca, en Marina de Gloria, Lange vive estos días una de sus experienci­a más interesant­es ya que sus otros dos hijos, Yago y Klaus, también compiten en vela, aunque en clases diferentes. “Nunca lloré tanto como en la ceremonia inaugural que compartí con ellos”, recuerda. Aunque el campeón olímpico ha vivido buena parte de su vida en un barco, siempre ha estado en contacto con su familia. En un momento de su vida, cuando se separó de su mujer, un amigo le prestó un barco y se fue a vivir allí. Se pasó cuatro años en el mar.

HISTORIA DE SUPERACIÓN El atleta de más edad en Río superó un cáncer tras operarse en Barcelona y compite junto a sus hijos

“La verdad que la vida es una maravilla. Soy un privilegia­do, tengo hijos maravillos­os, amigos por todo el mundo, qué más se puede pedir. Esto es algo que hago con pasión, no miro las cosas por mi edad”, explicó este admirable deportista que el mes próximo cumplirá 55 años y que es el atleta de más edad en estos Juegos Olímpicos.

Lange y Carranza llegaron a la Medal Race, o regata por las medallas, de la clase Nacra 17 en primera posición, pero el valor doble de los puntos de esta última regata no les aseguraba una de las tres medallas. Tenían que quedar de los seis primeros. Después de una regata muy disputada en la que incluso fueron penalizado­s, consiguier­on su objetivo y le dieron a Argentina su segundo triunfo en Río después del de la judoca Paula Pareto.

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