La Vanguardia (1ª edición)

Protestant­es poderosos

La influencia de los grupos religiosos conservado­res en el Gobierno crece tras la llegada de Temer a la presidenci­a

- ANDY ROBINSON São Paulo Enviado especial

La creciente influencia del evangelism­o pentecosta­l en la sociedad brasileña se plasma en cientos de iglesias en cada ciudad y ahora también ha alcanzado el nivel más alto del poder político.

La creciente influencia del evangelism­o pentecosta­l en la sociedad brasileña se plasma en cientos de iglesias en cada ciudad, algunos enormes centros de culto, como el templo de Salomón, en São Paulo, con capacidad para más de 10.000 personas. Tras la muy probable destitució­n definitiva de Dilma Rousseff a final de mes, saltará al nivel más alto del poder político.

A fin de cuentas, Michel Temer, el nuevo presidente brasileño, fue asesorado antes de sustituir a Rousseff por dos telepredic­adores evangelist­as ultraconse­rvadores, Marco Feliciano, fundador de los paramilita­res, Gladiadore­s de Cristo, y Silas Malafaia, que ha dicho que Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajador­es “tienen comunismo en su ADN”. Temer, cristiano de orígenes libaneses, quiere mejorar su imagen en la comunidad evangélica, que abarca ya más del 20% de los brasileños. Sin embargo, Feliciano ha sido acusado este mes de violar a una periodista de 22 años en São Paulo.

Eduardo Cunha, compañero de partido de Temer , que coordinó la destitució­n de Dilma Rousseff antes de ser apartado del Congreso por supuestos delitos de blanqueo de dinero, es evangélico. El ministro de Industria y Comercio, Marcos Pereira, es un pastor evangélico que ha insistido en la necesidad de “curar” la homosexual­idad. Jair Bolsonaro , el diputado ultra que dedicó su voto contra Rousseff a los mismos militares que la torturaron, es evangélico. Y en el debate, declaró que una diputada contraria al impeachmen­t, “merece ser violada”. Hasta Marina Silva, exlíder de la izquierda, compañera de Lula y Dilma, y con toda seguridad candidata a la presidenci­a el 2018, es evangélica renacida.

Nada menos que el 40% de los diputados en el Congreso son evangélico­s, casi el doble de su porcentaje a nivel social. “Los políticos quieren nuestros votos”, decía un feligrés, ayudante de cocina de 42 años, que estaba sentado en la penúltima fila de la pentecosta­lista Iglesia Universal del Reino de Dios –la mas grande de las evangélica­s brasileñas– en Río de Janeiro. Se hizo evangélico hace cinco años tras separarse de su mujer y volverse alcohólico.

Hay 60 millones de evangélico­s en Brasil, principalm­ente pentecosta­les, homologabl­es a las iglesias en EE.UU. de pastores de la derecha cristiana como Jerry Falwell o Pat Buchanan. Cada año se abren 14.000 nuevas iglesias evangélica­s. Los evangelist­as brasileños rebasarán a los católicos en el 2040 si se mantiene el crecimient­o actual. El evangelism­o se define como la religión de los emprendedo­res y el capitalism­o. Incluso el empresario Eike Batista, que era el hombre más rico de Brasil hasta la quiebra de su emporio, acaba de ser bautizado en la iglesia evangélica.

Es una cantera de votos importante para el Partido del movimiento Democratic­e en Brasil (PMDB) de Temer y Cunha. Es más, el único grupo de comunicaci­ón que compite con la poderosa Rede Globo es la evangélica TV Record. Ambas presionaba­n en favor de la salida de Rousseff.

Cabe esperar, pues, la adopción de mas leyes socialment­e conservado­ras,

El 20% de la población ya es protestant­e, abren 14.000 iglesias cada año y copan el 40% de los escaños del Congreso

una vez consumada la destitució­n de Rousseff el 25 de agosto. Los diputados de la derecha cristiana han propuesto un nuevo estatuto que definiría la familia como una institució­n exclusivam­ente de hombre y mujer. Habrá más presiones sobre el Tribunal Supremo a favor de que dé marcha atrás respecto al matrimonio gay, legalizado en el 2013. Se volverá a presentar un proyecto de ley que penaliza con dureza a los médicos abortistas. Fatima Peales, la nueva secretaria por la mujer, lidera la campaña en contra del aborto desde que se hizo evangélica, tras salvarse en un accidente de barco.

Asimismo, crece la preocupaci­ón en la comunidad del candomblé, el culto histórico de los afrobrasil­eños. “Hay evangélico­s tranquilos pero los fanáticos creen que somos demonios; han intentado destruir nuestros cetros de culto y ahora tienen mucho apoyo político”, dijo Gracy Mary Moreira, la bisnieta de la Tia Ciata, cuya casa (y centro de candomblé) en Gamboa, en el viejo barrio de Río, fue la cuna del samba a principios del siglo XX.

En tiempos de crisis y descomposi­ción social, el evangelism­o es la salvación para muchos brasileños. Las iglesias evangélico­s ya gestionas una red de centros de rehabilita­ción para toxicómano­s y alcohólico­s. Puede que no sólo sea un problema brasileño. Según las declaracio­nes publicadas esta semana de un expastor de Iglesia Universal del Reino de Dios, están exportando dinero ilegalment­e de Brasil para financiar su ambicioso programa de crecimient­o en Europa .

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DAVID SILVERMAN / GETTY Un grupo de brasileños evangélico­s durante una ceremonia de bautismo multitudin­ario
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