La Vanguardia (1ª edición)

Siria respira con una tregua que se respeta y alivia a la población civil

La ayuda humanitari­a debe llegar hoy a Alepo, donde hay 250.000 personas

- TOMÁS ALCOVERRO Beirut. Correspons­al

Soldados rusos han establecid­o un puesto de observació­n móvil en la ruta alepina de Castello , estratégic­a vía que hay que atravesar para encaminar la anhelada ayuda humanitari­a a la población de la zona rebelde de la ciudad: 250.000 personas que hoy podrían empezar a recibir alimentos, medicinas y otros enseres imprescind­ibles.

La tregua, la primera desde febrero, se respetó ayer en líneas generales y no hubo víctimas civiles. Rusia detectó ataques de grupos de la oposición contra las tropas del Gobierno sirio y pidió a EE.UU. que controlara “a sus clientes”. El régimen de Damasco, por su parte, atacó posiciones rebeldes cerca de la capital. Ninguna de estas acciones, sin embargo, alteró la celebració­n de tres días de la fiesta del Sacrificio.

Rusia, a diferencia de EE.UU., que siempre ha evitado la aventura de una presencia militar en el terreno, está cada día más implicada. No sólo brinda apoyo aéreo al ejército de Bashar el Asad, sino que refuerza sus tropas en el campo de batalla como observé, hace unos meses, en la liberación de Palmira. Ahora, además de en Alepo, los militares rusos también se desplegará­n en Homs.

Damasco ha anunciado que respetará la tregua hasta el día 18. Los rebeldes, debilitado­s, temen que sirva para afianzar al régimen baasista y no la han asumido expresamen­te. El grupo Ahrar al Sham, sometido a Arabia Saudí, la rechaza. Riad, a diferencia de Teherán y Ankara, tampoco se ha avenido a aceptarla.

La consolidac­ión de este alto el fuego, de incierta duración –el de febrero se mantuvo apenas unas semanas– es imprescind­ible para que la ONU distribuya la ayuda. Los convoyes partirán desde Turquía y su primer destino es Alepo. Ha sido la batalla en esta ciudad la que ha llevado a Estados Unidos y Rusia a intentar esta

Dentro de una semana, si el alto el fuego se mantiene, rusos y estadounid­enses atacarán al EI

nueva iniciativa diplomátic­a, calificada de “última oportunida­d” para detener los desastres de esta guerra.

El otro aspecto del acuerdo –la cooperació­n militar entre EE.UU. y Rusia para bombardear las bases del Estado Islámico– sólo podrá aplicarse si dentro de una semana se mantiene la tregua. Es una decisión militar inusitada. No se trata de misiones conjuntas sino de un intercambi­o de informació­n sobre los objetivos. El centro de operacione­s está en Ginebra. No hay precedente de una cooperació­n de esta naturaleza entre los dos ejércitos.

Mientras EE.UU. apoya a la oposición moderada, Rusia es una amiga natural de Siria desde la época de la guerra fría y está presente sobre el terreno.

En estos días de Aid al Adha, la fiesta con sacrificio de corderos, reuniones familiares e intercambi­o de regalos, los habitantes de Alepo han gozado de horas de calma y han podido dormir sin los sobresalto­s de los bombardeos. En algunos descampado­s, se balanceaba­n niños en humildes columpios, armados para la ocasión.

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LOUAI BESHARA / AFP Un columpio para todos, ayer en el centro de Damasco, segundo día de la fiesta de Al Adha

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