Siria respira con una tregua que se respeta y alivia a la población civil
La ayuda humanitaria debe llegar hoy a Alepo, donde hay 250.000 personas
Soldados rusos han establecido un puesto de observación móvil en la ruta alepina de Castello , estratégica vía que hay que atravesar para encaminar la anhelada ayuda humanitaria a la población de la zona rebelde de la ciudad: 250.000 personas que hoy podrían empezar a recibir alimentos, medicinas y otros enseres imprescindibles.
La tregua, la primera desde febrero, se respetó ayer en líneas generales y no hubo víctimas civiles. Rusia detectó ataques de grupos de la oposición contra las tropas del Gobierno sirio y pidió a EE.UU. que controlara “a sus clientes”. El régimen de Damasco, por su parte, atacó posiciones rebeldes cerca de la capital. Ninguna de estas acciones, sin embargo, alteró la celebración de tres días de la fiesta del Sacrificio.
Rusia, a diferencia de EE.UU., que siempre ha evitado la aventura de una presencia militar en el terreno, está cada día más implicada. No sólo brinda apoyo aéreo al ejército de Bashar el Asad, sino que refuerza sus tropas en el campo de batalla como observé, hace unos meses, en la liberación de Palmira. Ahora, además de en Alepo, los militares rusos también se desplegarán en Homs.
Damasco ha anunciado que respetará la tregua hasta el día 18. Los rebeldes, debilitados, temen que sirva para afianzar al régimen baasista y no la han asumido expresamente. El grupo Ahrar al Sham, sometido a Arabia Saudí, la rechaza. Riad, a diferencia de Teherán y Ankara, tampoco se ha avenido a aceptarla.
La consolidación de este alto el fuego, de incierta duración –el de febrero se mantuvo apenas unas semanas– es imprescindible para que la ONU distribuya la ayuda. Los convoyes partirán desde Turquía y su primer destino es Alepo. Ha sido la batalla en esta ciudad la que ha llevado a Estados Unidos y Rusia a intentar esta
Dentro de una semana, si el alto el fuego se mantiene, rusos y estadounidenses atacarán al EI
nueva iniciativa diplomática, calificada de “última oportunidad” para detener los desastres de esta guerra.
El otro aspecto del acuerdo –la cooperación militar entre EE.UU. y Rusia para bombardear las bases del Estado Islámico– sólo podrá aplicarse si dentro de una semana se mantiene la tregua. Es una decisión militar inusitada. No se trata de misiones conjuntas sino de un intercambio de información sobre los objetivos. El centro de operaciones está en Ginebra. No hay precedente de una cooperación de esta naturaleza entre los dos ejércitos.
Mientras EE.UU. apoya a la oposición moderada, Rusia es una amiga natural de Siria desde la época de la guerra fría y está presente sobre el terreno.
En estos días de Aid al Adha, la fiesta con sacrificio de corderos, reuniones familiares e intercambio de regalos, los habitantes de Alepo han gozado de horas de calma y han podido dormir sin los sobresaltos de los bombardeos. En algunos descampados, se balanceaban niños en humildes columpios, armados para la ocasión.