Sánchez aprieta a Ciudadanos con los “escándalos” que afectan al PP
El líder del PSOE busca un acuerdo basado en una “agenda regeneracionista”
Dirigentes socialistas, fieles a Pedro Sánchez, aún se preguntan “qué habría pasado” si el PSOE se hubiera abstenido para facilitar la investidura de Mariano Rajoy. Y se lo preguntan porque, instantes después de la fallida investidura del líder del PP, estalló el polémico caso Soria, al oficializarse la candidatura del exministro –que hubo de abandonar el cargo, y la política, al verse salpicado por los papeles de Panamá– para el Banco Mundial. Pese a que finalmente el presidente del Gobierno en funciones forzó la nueva renuncia de José Manuel Soria, Pedro Sánchez esgrime los sucesivos “escándalos” que afectan al PP –y que seguirán en primera plana ante la apretada agenda judicial prevista– no sólo para justificar su no a Rajoy, ahora y siempre, sino para apretarle las tuercas a Ciudadanos y que el partido de Albert Rivera se avenga a un acuerdo para intentar un Ejecutivo alternativo.
El líder del PSOE, pese a que ya fracasó en este mismo intento en la pasada legislatura, sigue buscando un acuerdo in extremis que pueda encajar a Podemos y Ciudadanos como única alternativa a otra repetición electoral. Un acuerdo siquiera de mínimos, explican en el equipo de Sánchez, sobre la base de “una agenda regeneracionista que limpie de todo estigma y sospecha de corrupción” al Gobierno de España. “Demos la oportunidad a este país de limpiarse de arriba abajo, y el resto que se dirima en el Parlamento”, proponen en Ferraz.
La jornada de ayer dio alas a este renovado empeño de Sánchez, con Luis de Guindos aguantando en el Congreso el unánime chaparrón de todos los grupos, salvo el PP, por el caso Soria; con Rita Barberá acorralada por un presunto delito de blanqueo de capitales; con nuevas noticias sobre los ca- sos de Luis Bárcenas y Jaume Matas... Así, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera coincidieron en reclamar la dimisión de Barberá, al tiempo que el PSOE, Podemos y Ciudadanos coincidían, junto al resto de los grupos de la oposición, en demandar dimisiones y asunción de responsabilidades por las “mentiras” del Gobierno en el caso Soria.
Pedro Sánchez aprovechó por tanto, en los distintos actos que protagonizó en Galicia, para instar directamente a Rivera y a Iglesias a que “emprendamos el camino del cambio juntos, porque son muchas cosas las que podemos cambiar para bien”. El líder del PSOE les recordó que con su mutuo veto “están bloqueando la regeneración democrática en nuestro país”. Y por eso les animó a aparcar sus vetos: “¡Y empecemos a trabajar todos juntos para cambiar este país y poner fin al gobierno de Mariano Rajoy!”, clamó.
Pablo Iglesias, por su parte, asumió el papel de portavoz de Unidos Podemos ayer en la comisión de Economía, para dar “mayor visibilidad” a la comparecencia de Guindos, a quien retó: “¿Nos mintió? Si se prueba, tiene que dimitir ipso facto”. También Íñigo Errejón esgrimió los casos de Soria, Barberá, Matas, Bárcenas... “Ninguna formación política que se pretenda decente puede apoyar al PP. Ningún partido que pretenda devolver las instituciones a la ciudadanía puede pactar por activa y por pasiva con este PP”, advirtió. El número dos de Podemos instó además a Ciudadanos a “recapacitar” y alejarse del PP para permitir un gobierno alternativo.
Y Albert Rivera, a su vez, se aferró al pacto anticorrupción que impuso para apoyar la investidura fallida de Rajoy: “Si el PP quiere que Ciudadanos se comprometa a alguna investidura va a tener que hacer dimitir a Rita Barberá. Si no lo hace, incumplirá el pacto y no contará con nuestro apoyo”, anunció el presidente de C’s. Y su portavoz en la comisión de Economía, Toni Roldán, se sumó a la ofensiva por el caso Soria: “A este Gobierno le da igual mentir de forma sistemática para proteger a un amigo. ¡Ciudadanos se siente avergonzado por ustedes!”.
LA POSICIÓN DE PODEMOS... “Ninguna formación que se pretenda decente puede apoyar a este PP”
... Y LA DE CIUDADANOS Rivera advierte al PP que tendrá que hacer dimitir a Barberá para mantener su pacto