Nueva propuesta para okupas
El diario Perfil de Buenos Aires fue el primer digital de Argentina. Al cabo de un tiempo dio el salto al papel, hecho que debe de sorprender a los que dicen que el papel ya está muerto y enterrado. Hace unos días ha destapado que, cuando los nuevos dirigentes del país accedieron al poder y tomaron las riendas de la Televisión Pública, encontraron un okupa. Un hombre que se había pasado meses viviendo en un camerino. La descripción de por qué puede haber un okupa en una tele la da Gustavo González: “Es un canal faraónico, como las obras que le gustaba construir a la última dictadura militar, por lo que se tarda tiempo en conocer todos sus recovecos. En el área de Noticias existe una docena de camarines para que los conductores se cambien antes y después de cada noticiero. En teoría. En la práctica, estaban destinados a estadías más o menos prolongadas y a guardar trastos viejos o equipos. Incluso había un camarín para los gerentes que, claro está, no necesitaban ningún cambio de ropa porque no se dedican a salir al aire. Cuando el nuevo gerente de Noticias del canal, Néstor Sclauzero, pidió desalojar todos los camarines para
Siempre entran en pisos o en edificios de personas que no están, como si no hubiera otra posibilidad
limpiarlos y para que cumplieran su función original, se encontró con una sorpresa: en uno de ellos vivía un inquilino”.
¿Cómo entró? Fácilmente: es un empleado. No han hecho público su nombre ni el trabajo que realiza. Se había divorciado y no encontraba ningún piso que le interesara. “El camarín era cómodo, gratuito y le quedaba muy cerca de su trabajo. A metros. Empezó como algo provisorio y se hizo permanente. [...] Al buscar antecedentes de lo que había pasado, se encontraron con que era una rara tradición del canal dar servicio de vivienda a algunos empleados. No se sabe si era con autorización expresa o eran simples okupas, pero en cualquier caso demuestra la ausencia de cierto nivel de control. ‘Una vez me crucé con un hombre que andaba con ojotas y una toalla en los hombros; vivía acá y me dijo que se iba a bañar’, recuerda una empleada administrativa”.
Esta noticia espléndida resalta la falta de imaginación de los okupas catalanes. Siempre entran en pisos o en edificios de personas que no están, como si no hubiera ninguna otra posibilidad. ¿No es mil veces más enrollado ocupar los camerinos de una tele? Y no necesariamente se tiene que trabajar ahí. Muchas veces llevan a gente para entrevistar, o para hacer de público. Como si no fuera fácil decirle a la azafata que más o menos os acompaña que vas un momento al lavabo y luego escaquearte. En TV3, por ejemplo, hay rincones por los que nunca pasa nadie. Tiene que ser bonito despertarte por la mañana, coger la toalla, ir a ducharte y encontrarte por el pasillo a Carles Costa o a Lídia Heredia. –Bon dia, Lídia. –Bon dia. Como todo el mundo los conoce, los presentadores de tele siempre contestan a los saludos aunque quien les saluda no les suene de nada. Y, una vez duchado y vestido, a desayunar al restaurante, a ver si coincides con Núria Solé.