Aguas turbulentas
El calentamiento de los océanos amenaza la biodiversidad marina y la seguridad de las personas
Los océanos, que hasta ahora han sido un fiel aliado en la lucha contra el cambio climático, han alcanzado su límite y ya no podrán protegernos más.
Desde la década de los setenta, los océanos y mares han absorbido hasta el 90% del calor adicional producido por los humanos, y un tercio del CO2 emitido, lo que ha reducido considerablemente el impacto del cambio climático sobre la superficie terrestre. Pero el mar se ha calentado tanto que los ecosistemas marinos se deterioran, hasta tal punto que un 90% de las especies marinas “viven o están cerca de vivir en niveles insostenibles”, según alerta la organización Avaaz. Así, a medida que el planeta se calienta, los océanos enferman, y la supervivencia de las especies peligra, lo que a su vez amenaza la salud de las personas que nos alimentamos de ellas. Además, se incentivará la desigualdad entre países, en tanto que “los efectos sobre la seguridad alimentaria serán probablemente peores en los países tropicales y subtropicales, donde se considera que tendrán lugar las mayores reducciones de la producción pesquera”, señala el informe sobre calentamiento oceánico de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Por otra parte, el aumento de las temperaturas marinas aumenta la probabilidad de que se produzcan tifones (ciclones tropicales) y los científicos advierten de que las consecuencias serán cada vez más severas. “Cuando el mar coge calor, adquiere también energía, que activa los procesos de ciclogénesis y da lugar a fenómenos como tormentas, huracanes y tifones”, explica a este diario Miquel Canals, geólogo marino de la Universitat de Barcelona.
El aumento de la temperatura del mar supondrá más tifones y sus consecuencias serán más severas
“Mientras el planeta se siga calentando a este ritmo, los procesos serán más frecuentes y más virulentos”, añade.
Desde los microorganismos hasta los grandes mamíferos, buena parte de la biodiversidad marina afronta unos “shocks térmicos” que desafían su hábitat, afectan a su fisiología y a su distribución.
Algunas zonas marinas ya han perdido la mitad de sus arrecifes de coral y para el 2050 los océanos
podrán haberse blanqueado por completo, alerta el citado informe. “Los corales viven en simbiosis con determinadas algas que los dotan de color. Cuando esta relación simbiótica se deteriora, entre otras cosas, por el aumento de las temperaturas, el coral se decolora (se blanquea) y puede morir de hambre”, explica Canals. El calentamiento oceánico también está afectando a las tortugas. “La temperatura del agua es crucial para los ciclos reproductivos de estos animales, ya que determina el sexo de los huevos que incuban”. Cuanto más caliente sea el agua, mayor será la probabilidad de que nazcan hembras, lo que modifica su estructura poblacional”, afirma Bernat Hereu, biólogo marino de la Universitat de Barcelona. Los peces, por su parte, han ampliado su rango de distribución. Ahora, se desplazan hasta 10 grados de latitud para encontrar hábitats más fríos, y esto afecta a la cadena trófica en su conjunto, pues los depredadores han de adaptarse a esta nueva distribución de sus presas. Además del estrés térmico, los tiburones tienen que lidiar con el problema de la sobrepesca. “El 40% de los tiburones europeos están en peligro de extinción por la pesca de arrastre y la comercialización de carne de tiburón”, de la que, según David Allen, investigador de la UICN, “España es una de las principales exportadoras”.