Eva Yerbabuena emociona
La bailaora triunfa en la Bienal de Flamenco de Sevilla
En su búsqueda de transitar del flamenco a la danza contemporánea, la veterana bailaora Eva Yerbabuena puso el lunes al público del Maestranza en pie con la verdad del arte más pasional y profundo, un fin de fiesta por bulerías que hizo bueno todo lo que la artista granadina quiso dibujar antes, un cuadro vanguardista en el que quería denunciar las apariencias, los convencionalismos, la búsqueda del poder por el poder. El primer gran éxito de la XIX edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla que arrancó el pasado día 9 y se extenderá hasta el 2 de octubre.
Las Apariencias de Yerbabuena sostienen una compleja creación en la que la bailaora ha querido desprenderse de su arte, “dejar de ser flamenca”, asegura, para adentrarse en un mundo tenebrista, donde la calidad y pasión de sus bailarines supera con mucho lo que Eva quiere transmitir y que cuenta, además, con el apoyo de una memorable melodía negra de Alana Sinkey, que hizo estremecer al público sevillano.
Pero es en el baile por soleá donde Eva Yerbabuena llega al corazón del público y lo traspasa de parte a parte. Un número final donde la bailaora llega al éxtasis del arte rodeada por ocho grandes cantaores, algo absolutamente inesperado y fuera de programa, donde la exuberancia de sus pies y la elegancia de su movimiento de manos llega a ser impecable y brillante. Un brillante colofón para la dirección musical de Paco Jarana, que lo borda con la guitarra.
Nacida en los tiempos de reivindicación de la autonomía política andaluza, donde era imprescindible hacer aflorar los rasgos identitarios para realzar su causa, la Bienal de Flamenco se ha convertido en sus dieciocho ediciones anteriores en la pasarela por donde es obligatorio desfilar si eres o quieres ser alguien en el mundo del arte jondo. En esta ocasión, la Bienal cuenta con sus escenarios tradicionales, a los que se agrega la iglesia de San Luis de los Franceses, un templo cumbre del arte barroco que llevaba seis años cerrado al público, y que acaba de culminar una espectacular rehabilitación en la que se han invertido 3,6 millones de euros.
Como hace dos años, Estrella Morente fue la encargada de abrir la Bienal, en esta ocasión con Lisístrata, la guerra de las mujeres, el espectáculo revelación del verano, obra póstuma de Miguel Narros, bajo la dirección de José Carlos Plaza. Un espectáculo que triunfó en el festival de Teatro Clásico de Mérida pero poco apropiado para inaugurar una muestra dedicada al flamenco.
Un total de 82 funciones de 70 espectáculos distintos, muchos de ellos estrenos absolutos, entre los que se encuentran todos los grandes: Farruquito, Israel Galván, Esperanza Fernández, Vicente Amigo, Manolo Sanlúcar, si su salud se lo permite, María Pagés, Isabel Bayón, Rocío Márquez y un larguísimo etcétera de figuras del flamenco en todos sus aspectos.
La Bienal rendirá un tributo especial al recientemente fallecido Juan Peña, el Lebrijano, y presentará el espectáculo De Sevilla a Cádiz (1969-2016), que el cantaor estaba preparando, basado en su mítico disco y protagonizado por José Valencia, con la colaboración de Pastora Galván en el baile.