La Vanguardia (1ª edición)

Estrellala­ndia

El Camp Nou se inunda de estelades en una noche con cracks en el campo y en el palco

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ Barcelona

El danés Steen Dahrup no debía de dar abasto. Al delegado de la UEFA en el partido del Camp Nou le sobrevino un trabajo de miedo, aunque seguro que estaba avisado. Fue saltar los dos equipos al césped, bajo los acordes del himno de la Champions, y el recinto barcelonis­ta se convirtió en un guirigay. No se trataba del llamado Espai d’Animació, sino de la animación mayoritari­a del respetable, que silbaba a más no poder contra la UEFA, mientras un mar de estelades se desplegaba por todas las zonas del estadio, incluido de manera puntual el sector de aficionado­s escoceses, que sí saben lo que es un referéndum de independen­cia. Cuatro entidades soberanist­as, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, la Plataforma Proselecci­ons y la asociación Drets, habían repartido 30.000 banderas independen­tistas de papel en los aledaños del Estadi y su presencia en la grada fue bien notoria antes de que rodara el balón. A su vez una gran pancarta con el lema “Welcome to Catalonia” y las banderas de Irlanda y Escocia aparecía como por arte de magia para satisfacci­ón de tres de los cuatro presidente­s de las entidades organizado­ras de esta reivindica­ción, presentes en el palco.

Es difícil calibrar si la pitada fue mayor o menor que el monumental ruido que se produjo la temporada pasada antes del encuentro contra el Bayer Leverkusen, también en el primer partido de la Champions en el Camp Nou. Entonces buena parte del público mostró su furia por la sanción al club por las estelades que se vieron en la final de Berlín, en el primer episodio de todo este conflicto. Anoche la reiteró,

La iniciativa de cuatro entidades soberanist­as se hizo notar en las gradas del estadio Messi, Neymar y Suárez hicieron las delicias de Pau Gasol y Mireia Belmonte, presentes en la zona noble

entre otras razones porque la UEFA cosió a multas el curso anterior al club blaugrana, que notificó su última sanción por este motivo en junio, cuando explicó que el organismo europeo le había castigado con 150.000 euros por la aparición de estelades en las gradas. Habrá que ver cómo reacciona ahora una UEFA que hoy celebra elecciones. El Barça siempre ha dicho que no es promotor de ninguna iniciativa y que no puede ir en contra de la libertad de expresión de sus socios.

Pero las más de 30.000 banderas independen­tistas que flotaron por el Camp Nou no fueron las únicas estrellas de la noche. Porque en terreno barcelonis­ta cuando se habla de estrellas la primera palabra que viene a la mente desde hace al menos una década es Messi, que se llevó otro balón para casa. Su partido resultó estelar, y no es sólo un juego de palabras, sino una realidad. El argentino dirigió el juego ofensivo, repartió balones, desequilib­ró y decidió. Con furia, como en el primer gol. O con sutileza, como en el segundo, para completar una jugada tan perfecta y precisa que hasta fue mejor ejecutada de lo que podría haber sido dibujada sobre una pizarra. Una doble pared con la que Neymar, lanzador de Messi, y Leo sortearon la oposición de una manada de rivales. Claro que entre el primer y el segundo tanto del crack otro nombre se quiso colar en la función, el de un portero que también anhela ser estrella: Ter Stegen. El alemán cometió un penalti y lo paró. Genio y figura, como Neymar, Suárez o Iniesta, que no marcaba desde que lo hizo en el Bernabeu en noviembre. Todo para regocijo de un palco de postín, con una reina olímpica como Mireia Belmonte y medallista­s como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Víctor Claver. Definitiva­mente, el Camp Nou fue Estrellala­ndia.

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DAVID AIROB André Gomes, titular ayer, gustó a una grada con muchas estelades

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