La Vanguardia (1ª edición)

El Atlético confirma su retorno

El equipo de Simeone vence a un correoso PSV con un gol de Saúl y una buena defensa

- CARLOS NOVO Madrid

El Atlético cumplió con nota en su debut al ganar en Eindhoven al PSV un partido que fue una auténtica batalla. El equipo de Cocu, dolido con quien le eliminó la temporada pasada, vendió muy cara su derrota. Chocaron dos estilos con muchas similitude­s: dos equipos construido­s desde una poderosa defensa que concede muy poco. El Atlético tiene bastante más calidad y desequilib­ró la balanza al filo del descanso con un gol de Saúl que vale su peso en oro porque, como se esperaba, en el otro partido del grupo, el Bayern se deshizo con mucha facilidad del Rostov ruso.

Después de su goleada en Balaídos, el Atlético confirmó en Holanda que ha vuelto. Simeone apostó por un once con dos incorporac­iones nuevas respecto al del año pasado. Gaitán mandó al banquillo a Carrasco y Gameiro hizo lo propio con el niño Torres. Desde el minuto uno el Atlético salió dispuesto a comerse al rival. Pero lo que parecía un rondo visitante duró cinco minutos, el tiempo que le costó asentarse en el terreno de juego a un PSV que, a favor de un público muy gritón que busca intimidar al árbitro, se metió en el partido por las buenas o por las malas.

Al PSV no conviene menospreci­arlo porque, aún metido en su área, de un patadón al balón llega a la contraria, donde busca la voracidad de Narsingh o de Luuk de Jong. De hecho, aunque el balón era colchonero, las primeras ocasiones fueron para los locales, como un gol anulado a De Jong por falta previa del exespanyol­ista Héctor Moreno.

Convertido el duelo en un toma y daca, cuando parecía que se iba a llegar al descanso sin goles marcó el Atlético en el minuto 43 en una jugada dramática. Golpearon sus cabezas en un salto Propper y Giménez y el balón cayó muerto en el área para Saúl, que lo clavó a red tras un primer rechace.

La respuesta holandesa llegó un minuto después en un piscinazo de Narsingh que, para enfado mayúsculo del Atlético, Atkinson convirtió en un inopinado penalti. Lo lanzó el mexicano Guardado y Oblak desvió el balón.

La segunda parte se jugó con menos viveza. El desgaste de la primera se notó y el PSV tuvo más balón, pero lo movió mucho más en horizontal. Al Atlético no le importó dar un paso atrás y buscar la contra. Simeone realizó pronto los cambios. Entró Tiago por Gaitán para blindar un poco más el centro del campo, luego introdujo a Carrasco por Gameiro en busca de desborde por las bandas y por último entró Torres por Saúl, un cambio para tener más frescura arriba.

Después de un penalti por manos de Godín que esta vez no vio el árbitro inglés el partido se le hizo muy largo al Atlético, que apenas pudo sacudirse el dominio holandés en los últimos minutos. El PSV achuchó, pero con poca claridad de ideas y el Atlético resistió a pie firme, sin sobresalto­s, para ganar tres puntos que allanan su camino para ser, como mínimo, segundo de grupo.

En el otro partido del mismo grupo el Bayern aplastó al Rostov (5-0), con goles de Lewandowsk­i, de penalti, Muller, dos de Kimmich y uno de Bernat. Mucha más emoción hubo en el Parque de los Príncipes, donde el PSG y el Arsenal igualaron (1-1). Al gol en el minuto 1 de Cavani respondió en el 78 el exazulgran­a Alexis. La remontada de la noche se produjo en el Olímpico de Kiev. Al gol inicial de Garmash para los locales respondió el Nápoles con dos tantos de Milik.

El árbitro concedió al PSV un penalti que no era y que paró Oblak y luego no pitó otro claro de Godín

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