Fraga y Feijóo, caminos cruzados
El fundador del PP volvió a Galicia a retirarse mientras que el presidente gallego piensa en irse a Madrid a triunfar
Con su célebre Un canto a Galicia, sus orígenes paternos en el municipio orensano de A Peroxa y su indisimulada proximidad partidista, Julio Iglesias es una figura recurrente en la trayectoria del PP gallego. La Xunta de Manuel Fraga le pagó 300 millones de pesetas por ser embajador del Xacobeo 1993 y dar un concierto en la plaza del Obradoiro, que él rebautizó como “Obradeiro”. La polémica resurgió en el 2015, cuando la Xunta de Alberto Núñez Feijóo le pagó 300.000 euros a su hijo, Enrique Iglesias, por grabar un vídeo en Galicia. Y tres días después de las elecciones autonómicas del 25-S, hablando en la TVG desde Punta Cana, Julio Iglesias coronó a Feijóo como heredero de Rajoy, con un “Alberto tiene madera para ser campeón de España”.
Tras lograr el 25-S su tercera mayoría absoluta consecutiva, la única existente en la España autonómica, y tocar techo con el 47,5% de los sufragios, Feijóo celebró su éxito en un plató, un terreno en el que ya demostró hace tiempo que se sabe desenvolver. Pero no lo hizo en Madrid, sino en Santiago, en Land Rober Tunai Show, del cómico Roberto Vilar, cuya audiencia se disparó hasta un 27% de cuota de pantalla. Y el momento culminante llegó cuando el que Fraga definía como un gallego universal, Julio Iglesias, entró en directo desde el Caribe para felicitar al presidente de la Xunta, llamarle varias veces campeón y hacer un comentario que, dijo, sabía que iba a escuchar Rajoy. Y ahí el intérprete señaló a Feijóo su futuro en Madrid, aunque el presidente de la Xunta no pare de decir que va a cumplir su mandato, hasta el 2020.
Si bien Feijóo no superó nunca el 50% de los votos que sí sobrepasó Fraga en 1993, 1997 y el 2001, ya tiene tres mayorías absolutas en su haber y sólo le falta una para igualarse con el patrón de la derecha española quien, tras fracasar en el franquismo, la transición y en la democracia en sus intentos de presidir el Gobierno, se retiró en 1989 a su tierra natal para ejercer de autonomista.
En el 2003, cuando presidía Correos siete años después de llegar a Madrid para hacerse cargo del Insalud, Feijóo volvió a Galicia, enviado por Aznar y Rajoy, para aplacar al sector de la boina del PPdeG en plena crisis del Prestige. Tras la caída de Fraga en el 2005, Feijóo ganó el congreso del PPdeG y en el 2009 reconquistó la Xunta, lo que le abrió a Rajoy el camino a la Moncloa.
Hace siete años, cuando Feijóo formaba su primer gobierno, su mentor, el exministro Romay Beccaría, advirtió de que era sólo el comienzo,
Uno utilizó la Xunta como retiro y el otro la usa como catapulta para volver a Madrid como sucesor de Rajoy
pues “Alberto no se va a quedar aquí”. El plan quedó abortado no sólo por la resistencia de Rajoy sino por la publicación en El País de las viejas fotografías de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado, imágenes que han lavado las urnas gallegas el 25-S. Ahora el éxito de Feijóo lo ha confirmado como el sucesor en potencia de Rajoy, pero también ha reforzado al presidente para intentar de nuevo la investidura. Por ello en el PPdeG no ven factible un salto a Madrid a corto plazo del presidente de la Xunta, aunque sí dentro de unos años, hacia el final de la legislatura en España. Feijóo está haciendo como Fraga, pero al revés, con la Xunta no como retiro, sino como catapulta.