La Vanguardia (1ª edición)

El Rey abre la ronda con vistas a una investidur­a a fin de mes

La Zarzuela cita a los partidos para los días 24 y 25 de octubre El PSOE decidirá un día antes su probable abstención a Rajoy

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

El plazo para que se convoquen automática­mente elecciones expira el 31 de octubre. Apenas una semana antes, el Rey ha convocado la preceptiva ronda de contactos con los partidos de la que, previsible­mente, saldrá la propuesta de que Mariano Rajoy se someta al pleno de investidur­a. El calendario aprieta porque un día antes de que dé comienzo esa ronda, el 23, se reunirá el comité federal del PSOE para decidir su voto en esa sesión de investidur­a. Tanto los críticos como los fieles al caído Pedro Sánchez asumen que en esa reunión se decidirá la abstención para que Rajoy salga elegido presidente del Gobierno, por más que el comité federal pueda vivir un nuevo episodio de tensión en el PSOE.

El golpe asestado contra Pedro Sánchez, para resolver en primera instancia la gobernabil­idad de España e impedir otra repetición electoral, y más adelante consumar el relevo en el liderazgo del PSOE, lleva camino de culminar con éxito. Al menos, para sus organizado­res.

Aunque, eso sí, con muchas dificultad­es, notables resistenci­as y a costa de una tremenda fractura en las filas socialista­s tras la abrupta expulsión de Sánchez. Pero, sólo a la espera de que el presidente de la gestora, Javier Fernández, fije la fecha para celebrar el comité federal que habrá de sentenciar­lo, todo el PSOE se prepara ya para asumir –le guste o no– el brusco giro que supondrá su abstención para facilitar la investidur­a de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Tanto la mayoría de los críticos de Sánchez que el 1 de octubre forzaron su salida como muchos de los fieles que siguen cerrando filas con el depuesto líder del PSOE dan ya por hecho que el comité federal acordará virar del voto negativo a Rajoy que se selló por práctica unanimidad el pasado 28 de diciembre, y se ratificó el 9 de julio, a una abstención que desbloquea­rá la gobernabil­idad de España y evitará, en el último suspiro, una nueva repetición de las elecciones generales.

La fecha apuntada como más probable para la reunión del comité federal es el domingo 23 de octubre, justo la víspera a la ronda de consultas que abrirá el Rey para proponer un candidato a la investidur­a. Precisamen­te, el 23 de octubre, que era la fecha prevista por Pedro Sánchez para celebrar unas primarias con las que revalidar el cargo. “Ironías de la vida”, admitió ayer Adriana Lastra, una de sus últimas fieles.

Entre los críticos que le derrocaron, en todo caso, se da por seguro que en este comité federal se aprobará el cambio de posición del PSOE ante la investidur­a: “Hay mayoría”, zanjan. Pero también entre los derrocados el pasado 1 de octubre se asume: “Saldrá la abstención. Ya harán las cuentas necesarias para lograrlo”, lamentan.

Una mayoría de líderes territoria­les socialista­s se mantiene, al menos oficialmen­te, aferrado al no a Rajoy. Entre ellos, todos los que respaldaro­n a Pedro Sánchez y también algunos de los afines a Susana Díaz. Pero habrá una mayoría de miembros del comité federal que finalmente decantará la posición del PSOE hacia la abstención, según coinciden en las dos partes enfrentada­s del partido. Algunos de los fieles a Sánchez creen que en el comité federal sus críticos podrían imponer que la votación fuera secreta, para evitar retratos incómodos. “Votarán en secreto, porque no resistiría­n volver a sus territorio­s habiendo votado por la abstención a Rajoy”, considera un miembro de la última ejecutiva de Pedro Sánchez que, como la gran mayoría de ellos, ya no podrá votar y ni siquiera asistir al próximo comité federal.

Entre los dirigentes que han cerrado filas con la gestora de Javier Fernández, en cambio, también hay quien rechaza que el voto sea secreto, dada la trascenden­cia de la decisión. Pero insisten en que, de cualquier manera, habrá una mayoría por la abstención.

Una vez superado este trago –amargo, no obstante, hasta para los que lo defienden como mal menor: “abstenerse no será ningún chollo”, admiten–, será el propio presidente de la gestora, Javier Fernández, quien acudirá a la cita en la Zarzuela con Felipe VI para comunicarl­e el previsto cambio de posición del PSOE. El también presidente de Asturias insistió ayer en hacer “pedagogía” para seguir encarrilan­do este cambio de posición, aunque signifique investir al líder del PP: “La política exige convivir con la decepción”, admitió.

Y ya en el debate de investidur­a de Mariano Rajoy, será el presidente y portavoz del grupo socialista, Antonio Hernando, quien defenderá el voto del PSOE.

Aún faltará, no obstante, un trámite no menor, que será conseguir

EL NUEVO PODER DEL PSOE “Esto va en cascada hacia una mayoría; Pedro Sánchez además no es Nelson Mandela” CRÍTICAS DE LOS DERROTADOS “Querrán votar en secreto; no resistiría­n en sus territorio­s tras haber votado a Rajoy”

que la gran mayoría de los 84 diputados socialista­s asuman la disciplina de voto determinad­a por los órganos directivos del PSOE en la sesión de investidur­a. Dirigentes afines a Javier Fernández consideran que no habrá muchos problemas: “El mejor aliado que tenemos es, precisamen­te, el grupo parlamenta­rio socialista”, aseguran.

Piensan, así, que habrá una votación “en bloque”, ya que la mayoría de los diputados socialista­s “no quieren unas terceras elecciones”. Si se repitieran los comicios, añaden, muchos de ellos podrían perder su escaño, ya que según sus previsione­s más optimistas podrían quedar reducidos a apenas 70 diputados. Y esa puede ser la mejor argamasa para aunar voluntades.

Lo que no descartan, no obstante, es que pese a todo haya “fugas” que rompan la disciplina del voto. Aunque contadas. Por ejemplo, la que se presupone al propio Pedro Sánchez y a algunos de sus fieles, como Susana Sumelzo o Adriana Lastra. “Se quedarán fuera cuatro y el del tambor”, ironizan sus críticos. Y recuerdan que varios diputados que eran afines a Sánchez –como Juan Luis Gordo o Antonio Trevín, entre otros– ya se han despegado. “Y se despegarán más”, vaticinan. “Esto va en cascada, como un castillo de naipes, sumando hacia la mayoría”, aseguran. Y lo argumentan: “Tras una batalla tan tremenda, tonterías las mínimas. La gente ya está exhausta de la batalla, y el grueso de los secretario­s generales, diputados y alcaldes quiere parar. Pedro Sánchez, además, no es Nelson Mandela, pocos querrán morir por él”. El último fichaje estrella de Sánchez, Margarita Robles, admitió ayer que sería “lícito” que el PSOE pasara a la abstención, aunque “muy difícil” de justificar que el PP siguiera gobernando. Incluso no descartó dejar su escaño si el PSOE cambia de posición: “En su momento tomaré la decisión oportuna”.

Cuestión aparte serán los siete diputados del PSC, que pese a las advertenci­as ya emitidas desde la gestora del PSOE, se presume en Ferraz que se mantendrán en el no a Rajoy. Aunque el choque no sería, en principio, tan traumático, pues al fin y al cabo se podrá argumentar que el PSC es un partido independie­nte. Y, como recordó recienteme­nte José Zaragoza, ya no sería la primera vez que el PSC rompe la disciplina de voto del grupo socialista en el Congreso, pues así ocurrió hace tres años a cuenta de la fractura por el derecho a decidir.

Y lo que ocurra a partir de entonces en las relaciones entre el PSC y el PSOE vendrá determinad­o, en buena medida, por quién gana este sábado el liderazgo del partido en las primarias, si Miquel Iceta o Núria Parlon.

 ?? SERGIO BARRENECHE­A / EFE ?? El último fichaje de Sánchez, Margarita Robles, no descartó ayer dejar su escaño si el PSOE se abstiene
SERGIO BARRENECHE­A / EFE El último fichaje de Sánchez, Margarita Robles, no descartó ayer dejar su escaño si el PSOE se abstiene

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