Cantante por derecho propio
Carmen, hermana de Manolo García, debuta en solitario con un álbum cien por cien suyo
Carmen García se reconoce mujer muy coqueta y también valiente y muy suya, y aunque una cosa no tenga mucho que ver con las otras dos, son tres características que definen bien a esta barcelonesa de largo recorrido en la escena musical. Una persona que conoce de primera mano el terreno que pisa desde los años ochenta, tanto en su carrera personal como trabajando en el entorno logístico de su hermano Manolo, figura desde hace decenios tanto a solas como, antes, miembro de Los Rápidos o en El Último de la Fila.
Ahora acaba de romper su silencio discográfico, y aunque se trata del sexto álbum de su carrera, es el primero que lo hace como ella, o sea, como Carmen García.
La obra se titula Sid y la dedica a Sid Vicious –figura punk y una de las referencias de los Sex Pistols, prematuramente fallecido– y a sus dos gatos. “Aunque se lo dedique a él, yo soy más de los noventa, he escuchado mucho a los grupos de Seattle, como Nirvana y demás. Procuro ser una persona alegre, pero dentro de mí siempre tengo un rollo más pensando en lo absurdo y lo existencial y por eso muchos de esos pensamientos los transmito a las letras de mis canciones”, comenta saltando de tema en tema.
La cuestión obligada: ¿por qué ahora el primer disco como Carmen García después de tantos años? “Simplemente porque he tenido varias etapas con formaciones cambiantes, y ahora sí que lo he hecho porque con la persona con la que estaba nos separamos”. La persona es Andreas Bräunig, un músico que la ha acompañado a lo largo de buena parte de su carrera desde finales de los noventa en diferentes formatos musicales como Carmen Virus, Carmen o Maine Coon. “Decidimos separarnos aunque estábamos muy bien, pero todo acaba y llegó un momento en que la monotonía acude y vivir en monotonía no mola. Y como no puedo vivir sin hacer mi música, pues me he decidido a hacer este disco. Ha venido natural”.
“Cuando acabó nuestra relación, que no era sólo musical, me quedé un poco extasiada, en blanco y me apliqué la máxima de ‘que no cunda el pánico’. Me tomé meses de ausencia, fue como un duelo, me quedé muy delgada. Me recogí en mi casa, con mi piano y mi guitarra, y cuando vi que mis canciones y mis letras iban saliendo, la sangre me volvió a fluir”, rememora ahora con una sonrisa de par en par, apartan- do de vez en cuando su frondosa cabellera pelirroja.
Pese al drama que se intuye tras sus palabras pero que ella describe con liviana benevolencia, el flamante Sid no refleja en sus letras y en su sonido todo lo sucedido. “Yo creo que refleja más bien mi inquietud interna que tengo por todo, pero de siempre; son textos que muestran
más como soy yo habitualmente”, ¿Y cómo es ella? “Me encantan esos pensamientos negros que a veces tengo pero mirados desde el punto positivo. Y siempre he sido persona que mira desde esa perspectiva porque nunca me he querido suicidar, siempre he tenido ansias por estrujar la vida”, se sincera.
El disco se grabó el año pasado en unos estudios del Empordà los mismos días que su hermano Manolo estaba con sus colegas de Los Rápidos actualizando material. Y de una forma muy improvisada puso coros
El nuevo disco, ‘Sid’, lo grabó tras la dolorosa ruptura con su pareja musical y sentimental La intérprete barcelonesa se ha hecho un nombre en la escena local desde los ochenta
en un tema y la guitarra eléctrica en otro. No le aconsejó más “porque es muy respetuoso, pero sus consejos son buenísimos porque es rápido e ingenioso. Tenemos muy buena relación de siempre; además yo trabajo con él en la producción desde siempre, hago las giras con él. Eso me permite dedicarme a mi música”. Y lo que ha salido es “una obra que musicalmente se mueve en el pop-rock mirando con insistencia a lo alternativo”: “Ya sé que no es una formula comercial fácil de asimilar, pero esto es lo que me sale”.
De momento, Carmen García presentó anoche en el Barts Club del Paral·lel sus flamantes canciones con su nuevo grupo, y el próximo 29 de este mes lo hará en la sala Clamores de Madrid.