La Vanguardia (1ª edición)

“La lectura es la puerta al castillo de la inteligenc­ia”

Tengo 66 años. Nací en Granada y vivo en Madrid. Soy psiquiatra. Estoy casado con Isabel Estapé y tenemos cuatro hijas (de 24 a 32 años) y Quique, que se fue al cielo. ¿Política? Valores de derechas, y de izquierdas en lo social. Soy católico practicant­e.

- VÍCTOR-M. AMELA

Sostiene que puedo potenciar mi inteligenc­ia... Así es, ¡todos podemos!

¿Qué es inteligenc­ia? Es capacidad de síntesis. Y tu inteligenc­ia natural puedes potenciarl­a trabajando la accesoria.

¿Seré más inteligent­e si quiero? La inteligenc­ia se compone de genética, aprendizaj­e y biografía. Y el aprendizaj­e pasa por la lectura, ¡que dependerá de ti!

¿A más lectura, más inteligenc­ia? La lectura es a la inteligenc­ia lo que el ejercicio físico al cuerpo. La lectura es la puerta de entrada al castillo de la inteligenc­ia. Y te permite la cultura, para gozar más de la vida.

Entendido lo del aprendizaj­e. ¿Y qué aporta mi biografía a mi inteligenc­ia? Lucidez, la lucidez del perdedor. Porque cada derrota que vivas es una lección que te insufla profundida­d y lejanía ante los avatares. ¡La derrota enseña lo que el éxito oculta!

¿Puede ilustrarlo con ejemplos? Alexánder Solzhenits­in padeció once años mortifican­tes castigado en el gulag soviético, y declararía luego: “Los años en el gulag fueron los más importante­s de mi vida”.

¿Toda adversidad enseña inteligenc­ia? Mandela montó en la cárcel una universida­d de presos... Y Tomás Moro, el consejero de Enrique VIII que no quiso darle la razón, camino ya del patíbulo para ser decapitado...

No puede haber adversidad peor... ...dijo: “Muero feliz porque muero por mis ideales”.

Sin llegar a ese extremo, deme un consejo para potenciar mi inteligenc­ia. No uno, sino cinco, dispones de cinco herramient­as para potenciarl­a: orden, constancia, motivación, voluntad y observació­n.

Sin todo eso, ¿me quedaré a medias? La inteligenc­ia es una casa de dos plantas: abajo residen el orden, la constancia y la motivación; arriba, la razón y sus instrument­os (lógica, pensamient­o, juicio). Y la voluntad es la escalera que une ambas plantas.

De abajo arriba: el orden ¿qué relación guarda con la inteligenc­ia? El orden es el mejor amigo de la inteligenc­ia: el que no sabe qué quiere no podrá ser feliz, y el que quiere demasiado... se dispersará.

No es fácil saber qué quieres y focalizar. Pues es fundamenta­l un proyecto, tanto en el amor como en el trabajo, la cultura y la amistad. De entrada, ordena horarios: ¡verás que el tiempo se multiplica! Y ordena tu habitación, algo o no, tu ¡tíralo! ropa... Y si dudas sobre si tirar

constancia:Constancia¡Lo tiro, es ¿qué hecho!saber papel esperar Vamos desempeña?y ahora continuar, con sin la desalentar­te.vencido, no darte“No dartepor esclavopor vencidoni aun ni esclavo”, aun ¿Y comoeso es decía más Unamuno. inteligent­e que ceder? Me Miró: quedo“La clavecon lo del que éxito decíaes unel pintorpoco de Joan talento... ¡y mucho orden y constancia!”.

Es ¿Y esa la botella motivación?que el náufrago se encuentra en alta mar con un mensaje decisivo. Deriva de motus: algo que te empuja, mueve, arrastra... Y puede ser física (adelgazar, tener dinero o posición), psicológic­a (conocerse a uno mismo), social (obtener reconocimi­ento) y cultural (saber cosas, ser libre).

Subamos ya la escalera de la voluntad. Voluntad es tener objetivos y poner todos los medios para alcanzarlo­s. Es determinac­ión, propósito firme, intención sólida para conseguir algo. La voluntad es el principal indicador de madurez de la personalid­ad.

¿Sí? ¡Es la joya de la corona de la conducta! Es la capacidad para aplazar la recompensa. Alguien de inteligenc­ia mediana con mucha voluntad... ¡llegará más lejos que otro más inteligent­e pero menos voluntario­so!

¿Algún ejemplo? ¡Tantos! Cada persona que estudia durante seis años para presentars­e a unas oposicione­s... La voluntad te lleva a la autorreali­zación, a una vida lograda. Toda educación empieza y termina por la voluntad.

¿Qué es educar? Seducir con lo valioso para convertir a alguien en persona. Puedes errar en el precio, pero no en la mercancía.

¿Subimos a la planta de arriba? Ahí está la razón con sus instrument­os: pasa por observar y tomar notas. Muy poca gente toma apuntes, eso nutriría la inteligenc­ia.

Veo que no es más inteligent­e quien no quiere serlo... Y la inteligenc­ia es lo que te hace libre, te hace volar. Dijo Lao Tse: “El que conoce lo exterior es erudito. El que conoce lo interior es sabio. El que conquista a los demás es poderoso. El que se conquista a sí mismo ¡es invencible!”. Y Nietzsche coincidirá: “El que no sepa mandar en sí mismo, obedecerá”.

Para acabar, doctor, recéteme tres hábitos que me tonifiquen la inteligenc­ia. Uno, piensa con argumentos. Dos, lee contra viento y marea. Y tres, establece juicios precisos sobre tu vida y sobre la realidad.

Así seré más inteligent­e, pero... ¿seré también más feliz? La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria.

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DANI DUCH

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