La torre Eiffel tendrá un chaleco antibalas de cristal
El recinto se rodeará de un muro de cristal de dos metros y medio de alto
La torre Eiffel, uno de los monumentos más visitados del mundo y símbolo de París por excelencia, se pondrá a tono el próximo otoño con la ciudad de Charlie Hebdo, Bataclan y los recientes cuchillos del Carrousel del Louvre. Preocupado por complicar toda posibilidad de atentado, el municipio ha decidido rodear la torre y su entorno inmediato de jardines –no el conjunto del Campo de Marte– con una barrera de cristal antibalas de 2,5 metros de alto y un coste de 20 millones.
Algunos observadores citados ayer por el diario Le Parisien, que adelantó la noticia, se alarmaron por lo que calificaban de “bunkerización” del emblemático lugar.
Le Monde anunciaba por su parte, un “cinturón para la dama de Hierro”. Otros expresaban su comprensión. En cualquier caso, el asunto, como todo lo que tiene que ver con el aspecto externo de esta ciudad, se observa con lupa.
“Estas medidas no deberán alterar los aspectos arquitectónicos de los alrededores”, señala una diputada parisina de la oposición, atenta a la menor iniciativa de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo, siempre en el foco de las críticas.
En realidad el acceso a la torre ya conoce hoy nuevas medidas de seguridad y barreras, de lo que se trata ahora es de hacer algo más definitivo, reorganizando la circulación y los accesos en el lugar. Entre las hipótesis barajadas figura la de rodear el lugar con una verja de hierro forjado como las que rodean los jardines de Luxemburgo y algunos de los más elegantes jardines de la ciudad.
El aparente intento de atentado del joven egipcio Abdallah el Hamahmy, que el viernes pasado se abalanzó sobre una patrulla militar esgrimiendo dos cuchillos en la escalera de acceso al Carrousel del Louvre, el gran centro comercial situado bajo el museo, ha recordado la vulnerabilidad de los lugares turísticos de la ciudad en los que las aglomeraciones humanas son más que considerables.
El caso del joven egipcio, un cuadro técnico de familia acomodada, introduce un nuevo perfil en la galería de presuntos yihadistas. El Hamahmy participó en una visita guiada al museo días antes de su acto, que parece haber sido claramente premeditado.
“Parecía muy interesado por la visita, especialmente por las antigüedades egipcias, y era de los más sonrientes”, ha dicho la guía que dirigió aquella visita. Con su nuevo chaleco antibalas, la torre Eiffel se blinda ante posibles émulos del egipcio del Louvre.