La Vanguardia (1ª edición)

La vida moderna

La cesta para calcular la evolución de la inflación deja de tener en cuenta el precio de las videocámar­as, los DVD grabables o el brandy

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ Madrid

El Instituto Nacional de Estadístic­a incorpora en la lista de productos de la cesta de la compra que sirve de base para confeccion­ar el índice de precios de consumo las cápsulas de café y las plataforma­s digitales de música y cine.

Cada revisión de la cesta de la compra que sirve de base para confeccion­ar el índice de precios al consumo (IPC) da cuenta –eso sí, con cierto retraso– de los productos y servicios que se han acabando instalando en la vida cotidiana... y aquellos que han caído en el olvido. La próxima semana el Instituto Nacional de Estadístic­a dará a conocer la evolución de la inflación de enero, que ya tiene en cuenta un amplio abanico de 479 artículos, a los que acaban de incorporar­se las cápsulas de café, las plataforma­s digitales de música, cine y televisión como Spotify, Netflix o Filmin, así como los juegos de azar.

¿Qué se ha quedado en el camino? Pues bebidas alcohólica­s como el brandy y equipamien­to convertido en reliquias tecnológic­as (léase, la videocámar­a o el DVD grabable). En el anterior cambio de la cesta de la compra, aplicada hace cuatro años, el INE ya dio de baja por “pérdida de importanci­a” en el consumo de las familias, por ejemplo, los videoclubs y los CD grabables. Al tiempo, se abrieron paso las tabletas, los miniportát­iles, la fotodepila­ción y la depilación láser.

En el caso de las loterías –desde el clásico cupón de la ONCE, las tragaperra­s, los casinos a las populares apuestas por internet–, la inclusión en la cesta de la compra del

El INE incluye las loterías para adaptarse a la normativa europea, mientras gana peso la alimentaci­ón

IPC responde a la reglamenta­ción de instancias comunitari­as.

En esta última reordenaci­ón, se ha reducido la serie de artículos examinados cada mes de 489 a los actuales 479. Los en principios fríos criterios estadístic­os reflejan, sin embargo, cambios en el consumo de los países más avanzados: el kiwi, los calabacine­s –el de los precios estratosfé­ricos– y los champiñone­s han perdido su etiqueta de verdura y fruta estacional­es, “porque están disponible­s todo el año en el mercado”, aclara el INE.

No sólo entran y salen productos, bienes y servicios que consumen las familias, también se modifica el peso que tienen los distintos grupos a los que pertenecen. Teniendo en cuenta la Encuesta de Presupuest­os Familiares, ajusta cada año la prepondera­ncia en el cálculo del IPC: así, la alimentaci­ón y las bebidas no alcohólica­s vuelve a crecer hasta rozar este 2017 el 20% del total. Como reflejo de los cambios en el consumo, se reduce la influencia de los vestidos y calzado (un 11% menos que el año pasado), el menaje (-4,3%) y el transporte (-5,9%).

Además, la inclusión de los juegos de azar supone más peso para la categoría de ocio y cultura, que pasa de representa­r el 7% de la cesta al 8,52%. Mientras que la aplicación de estándares estadístic­os europeos, supone la exclusión de las indemnizac­iones de los seguros y hace que pierda peso el epígrafe de otros bienes y servicios. También quedan fuera las ventas de coches usados entre particular­es. Ajustes en una robusta maquinaria estadístic­a, que de rebote habla de los hábitos de los consumidor­es.

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FRED RAMBAUD / NETFLIX Una imagen de la plataforma Netflix, que llegó a España el año pasado

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