“Hay corrupción en el Vaticano, pero yo estoy en paz”

Francisco continúa asombrando por la sinceridad y la claridad con que se expresa. En una entrevista que ofrecerá la revista de los jesuitas italianos, La Civiltà Cattolica –y cuyos puntos principales adelantó ayer el Corriere della Sera–, el Pontífice admite que en Buenos Aires vivía con más ansia, tenso y preocupado. En Roma, en cambio, se siente más tranquilo, pese a la responsabilidad que asume. “He tenido una experiencia muy particular de paz profunda desde el momento en que fui elegido”, afirma. “Y no se me va, vivo en paz, no lo sé explicar”, agrega. Al Papa no le hacen mella los muchos problemas ni los escándalos. “Hay corrupción en el Vaticano, pero yo estoy en paz”, confiesa. Bergoglio insiste en algo que ya ha contado en otras ocasiones. Cuando tiene un problema, lo escribe en un papelito y lo coloca, antes de acostarse, bajo una estatuilla de san José en su habitación. Confía en que lo arregle o, al menos, lo alivie durante el sueño. “Él duerme ya sobre un colchón de papelitos –bromea Bergoglio–. Por eso duermo bien. Es una gracia de Dios. Duermo siempre seis horas. Y rezo”. Francisco vuelve sobre su idea de acabar con “el clima mundano y principesco” que tienta a los hombres de la Iglesia, no sólo a los cardenales. Y sobre los abusos sexuales a menores, dice que es una enfermedad y que la mitad de los abusadores sufrieron ese trato siendo niños o jóvenes. El diario La Stampa, de Turín, con motivo de cumplir 150 años, publicó ayer un artículo del Papa –y de otros líderes mundiales– en el que instó a los periodistas “a contar el mundo en que vivimos sabiendo siempre describir la complejidad, sin olvidar nunca ese océano del bien que nos hace mirar al futuro con esperanza”.