Detenido Charles Oakley en pleno partido de los Knicks
El público se puso a corear un nombre. “Oakley, Oakley”.
El Madison Square Garden pareció retroceder a los años noventa, cuando Charles Oakley se dejaba el cuerpo y el alma por los Knicks, el equipo neoyorquino de la NBA que vive sumido en el caos y la discordia interna. Sin que quede claro cómo arrancó el asunto, a mediados del primer cuarto del partido entre los locales y los Clippers de Los Ángeles, los jugadores tuvieron que parar el juego. Había pelea en una fila cerca a los banquillos. Oakley, de 53 años, acabó esposado.
Desde el parquet, los jugadores vieron que un hombre negro trataba de zafarse de tres o cuatro agentes de seguridad del equipo. “Era muy extraño, no sabíamos qué pasaba”, señaló Derek Rose, base de los Knicks, al oír todo aquel revuelo. Lo que ocurría es que Oakley –algunos aseguran que tras insultar al actual propietario (James Dolan) y otros lo niegan (“los de seguridad sobreactuaron”, afirmó un testigo– trataba de zafarse del intento de los otros por reducirlo.
Una vez maniatado y en el túnel, el actual presidente de los neoyorquinos, Phil Jackson, que era segundo entrenador de los Chicago Bulls en los inicios profesionales de Oakley, intentó calmarlo. El arrestado gritaba “no he hecho nada” y “que se joda Dolan”.
Entre Oakley y Dolan existe un contencioso. La exestrella ha sido marginada de actos conmemorativos, al parecer porque no se muerde la lengua en sus críticas. Y hoy por hoy, hay mucho para arremeter contra la gestión.
En la pista estaba Doc Rivers, entrenador de los Clippers, que coincidió con Oakley como jugador de los Knicks. “Ha sido muy duro de ver –dijo Rivers–, fue uno de los mejores compañeros que podías encontrar”.
Oakley quedó libre con cargos por delitos menores.