La lesión de Vidal empaña la goleada del Barça al Alavés
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Keanu Reeves gets deadlier in ‘John Wick 2’ El Barcelona no ha olvidado la lección. Pese a haber tenido problemas para sacar jugado el balón desde atrás últimamente y haber mostrado predilección por jugar a espacio abierto, ayer demostró que aún sabe bordar su estilo de toque, dominio, fútbol de extremos y presión alta. El Barça recuperó su librillo, su brillo y su rodillo todo en el mismo partido, en un clima de fiesta y euforia en Mendizorroza por la final de Copa. Los blaugrana golearon a un Alavés que se tomó el duelo como una celebración. El 27 de mayo será otra historia.
El equipo de Luis Enrique tuvo toda la iniciativa desde el minuto 1 y no lo desaprovechó. A diferencia de que lo habían hecho en los últimos partidos la Real Sociedad, el Athletic y el Atlético, Pellegrino, formado como técnico con Benítez, decidió replegarse cerca de la guarida de Pacheco. Aunque esta vez no utilizó de inicio los cinco defensas del Camp Nou –recurrió a ellos ya con 0-2–, la idea de los vitorianos era esperar, defender con uñas y dientes y salir a la contra.
Y el plan del entrenador argentino pudo salirle bien. Porque, con el Barça viviendo en campo contrario, su equipo pescó un balón que pudo costarle un disgusto al Barcelona. Como el martes cuando Carrasco se plantó ante Cillessen después de un córner a favor de los blaugrana, la historia se volvió a repetir. Neymar botó desde la esquina, el Alavés rechazó y Theo se marcó una carrera de 70 metros de una punta a otra del campo en la que humilló por velocidad a Digne para plantarse ante Ter Stegen. El alemán estuvo sensacional en su salida y sacó el disparo con el cuerpo evitando lo que podría haber sido el 1-0.
Pese a ese gran susto, el Barça no se replanteó su forma de atacar y siguió con su asedio constante. Aprovechando que tenía la salida limpia desde atrás, el equipo de Luis Enrique hizo aquello que hacía tiempo que no le dejaban: instalarse cerca del portero rival y dominar totalmente la posesión.
El Barça abrió el campo con Neymar y Aleix Vidal, encontró jugadas entre líneas sobre todo gracias a la conexión de Busquets con Leo Messi y a una gran presión para recuperar el balón nada más perderlo para no tener que correr.
La euforia de ser finalista del Copa servía para los vitorianos para su defensa numantina, aunque la mejor virtud del Barça fue su paciencia. Igual que hay días en que los blaugrana han estado incómodos en espacios reducidos y parecían ahogarse en el juego posicional, ayer lo bordaron. Y su insistencia tuvo recompensa. No fue un pre-