La rebelión de Mazinger Z
Los fans del robot gigante quieren convertir la estatua de Cabra del Camp en objeto de peregrinaje y culto
Nadie le tiene consideración a esta estatua, pero es un símbolo para toda una generación; es la más grande y la primera que se hizo; y en el mundo es mucho más conocido Mazinger Z que las murallas de Tarragona...”, insiste Carlos Chardi, miembro de la Asociación Amigos de Mazinger Z y fan absoluto de la serie que a partir de 1978 amenizó las sobremesas de los sábados. Esta asociación se ha propuesto “poner en el sitio que se merece” la imponente estatua de diez metros que se levantó para promocionar una remota urbanización en Cabra del Camp (Tarragona). Han proporcionado un vestido nuevo a Mazinger Z, que ahora luce los colores originales; han conseguido adecentar el entorno de la estatua y ahora planean que la urbanización se hermane con la localidad japonesa donde nació el creador de la serie, Go Nagai.
Los incondicionales de Mazinger Z reivindican la importancia de este personaje, el primer robot gigante tripulado por un protagonista: “Marcó a toda una generación de niños, aquellos dibujos supusieron un antes y un después, no tenían nada que ver con Heidi o Marco...”, explica José Luna, presidente de la Asociación de Amigos de Mazinger Z, que arrancó hace algo más de dos años con media docena de amigos y que ahora cuenta con un centenar de socios y más de mil seguidores en Facebook.
La asociación, convencida del potencial que ofrece la escultura gigante de fibra de vidrio, cuenta con el apoyo del alcalde de Cabra del Camp, Miguel Castañon, para convertirla en objeto de culto y peregrinaje, sobre todo ahora que la figura luce los colores originales. El Ayuntamiento calcula que cada año unas 8.000 personas se acercan a la plaza Alfredo Garrido –en honor al cantante y autor de la letra en español de la serie– para fotografiarse junto al Mazinger Z gigante, pero intuyen que la cifra aumentará este año, después del estreno de la película de Mazinger Z, prevista para dentro de unos meses.
Hace unas semanas, Ichiro Mizuki, el cantante original en japonés e inglés de las sintonías de la serie, compartió una foto de Mazinger Z en su Instagram y Twitter, ubicando la estatua en “Tarragona, Spain”. “Esto es una pequeña prueba de la proyección que tiene la estatua y, por extensión, toda esta zona... Las instituciones deberían pensar en ello”, insiste Chardi, quien está a punto de publicar un exhaustivo libro sobre la serie, su doblaje y su emisión en España.
La movida en torno a Mazinger Z empezó a cuajarse hace un par de años, cuando se organizó el primer encuentro de seguidores de este personaje en la urbanización de Mas del Plata. Se promovió entonces la limpieza y la iluminación del terreno donde se levanta la estatua de diez metros y se bautizó la plaza con el nombre de Alfredo Garrido –que puso letra y voz a la sintonía de la serie–, quien también asistió a esa primera reunión. El encuentro se repitió el año pasado y se ha convertido en anual. La próxima toca en septiembre. Ahora, un centenar de incondicionales de toda Catalunya, España y países como Venezuela, México o Argentina promueven todo tipo de acciones para reivindicar el personaje.
La última fue hace unas semanas, cuando salió a relucir en el foro digital de la asociación que los colores de la estatua no se correspondían con los dibujos originales. El alcalde, que participa en el grupo, se comprometió a aportar la pintura y la mano de obra si la asociación proporcionaba una grúa elevadora. Se pusieron manos a la obra. Editaron 38 pins conmemorativos –este año se celebra el 45.º aniversario de la creación de la serie en Japón– a cambio de una donación de 15 euros, y en menos de dos días habían recogido el dinero suficiente.
Se abre ahora una nueva etapa para el Mazinger Z que un promotor levantó hace 38 años –también construyó réplicas de Marco y el resto de los personajes de esa serie– como reclamo para construir una urbanización. “Compró los derechos de imagen y obtuvo los permisos”, recalca Chardi. Quería vender terrenos y levantó la estatua colosal para atraer a niños y familias. Como tantas otras urbanizaciones de la época, Mas del Plata no estuvo exenta de irregularidades, pero su Mazinger Z ha aguantado todo tipo de temporales.
La estatua luce de nuevo sus colores originales; los fans de Mazinger Z recogieron en un par de días el dinero necesario para pintarla