Pedales, grafitis y Ramon Casas
Itinerarios en bici diseñados por arquitectos para mostrar una Barcelona que evita los enclaves más frecuentados por los turistas
Un cambio de domicilio, de Collserola al corazón del Raval, propició que Jaume Carné vendiera hace más de 15 años los dos coches y las dos motos familiares y se moviera por Barcelona pedaleando. De pequeño, la bicicleta ya era su gran afición y de mayor disfrutaba los fines de semana montando rutas para sus amigos diseñadas con los ojos de un urbanista. “Hasta que en el 2011 decidí profesionalizar estos itinerarios para demostrar que este medio de transporte es el mejor para conocer la ciudad”, explica Carné, arquitecto municipal de Mataró.
A la iniciativa se sumaron la también arquitecta Montse Galindo y José Manuel Cetina, delineante y fotógrafo, a quien la crisis obligó a reciclarse abriendo una tienda y taller de bicis. En su tiempo libre, sobre todo los fines de semana, guían a grupos reducidos que quieren profundizar sobre la ciudad y el área metropolitana desde un punto de vista diferente, evitando los enclaves con más gancho turístico. “Son itinerarios de como máximo quince kilómetros, de tres o cuatro horas de duración, nunca cuesta arriba, y muy pausados, vamos a unos 5 km/h. Todos los hemos proyectado nosotros, desde el que recorre el perímetro donde se ha de construir la futura estación intermodal de la Sagrera, que incluye paradas en la Fabra i Coats, la casa Bloc, en la zona de los antiguos cuarteles de Sant Andreu o en las áreas industriales de Bon Pastor y la Verneda, hasta el dedicado al pintor y cartelista Ramon Casas o el de los patios del Eixample”, detalla Carné. Uno de los requisitos de su propuesta, que responde al nombre de BiciCultura, es sortear en lo posible los enclaves más turísticos, quizás por ello todos sus trayectos esquivan Ciutat Vella. Entre su clientela figuran diferentes instituciones, así como entidades culturales y colectivos de arquitectos, fotógrafos, médicos... “A veces hemos tenido participantes que conocen mejor la temática en cuestión que nosotros”, admite Carné.
Sus colegas añaden que otro de sus intereses es mostrar la transformación del territorio alrededor de Barcelona. En el Besòs, siguen la línea del parque fluvial desde Montcada y hasta la desembocadura y en el Llobregat empiezan en la colonia Güell explicando la frágil convivencia entre las grandes infraestructuras metropolitanas y los espacios naturales del delta. “El punto de partida de todas estas rutas es junto a una estación de tren o de metro, nos gusta fomentar la intermodalidad y demostrar a la gente que con la bici puedes ir a donde quieras”, subrayan los tres.
Ir alimentando su oferta comporta salir a explorar. Ahora están buscando paredes con los mejores grafitis para encadenar un itinerario, a la vez que están perfilando las paradas de un recorrido por el Rec Comtal, el antiguo canal de riego, que tiene su origen en un acueducto romano.
Aunque buena parte de los participantes en sus actividades son profesionales locales, durante sus cinco años de funcionamiento también han mostrado Barcelona y el área metropolitana a visitantes extranjeros interesados en la arquitectura.
Todas las rutas empiezan junto a una estación de tren o de metro para fomentar la intermodalidad