El Ayuntamiento da por decidido el trazado del tranvía por la Diagonal
La empresa municipal encargada de las obras ya trabaja en el proyecto del gobierno de BComú
Pese a no haber sido aprobado en el consejo municipal, la empresa del Ayuntamiento de Barcelona encargada de ejecutar sus obras, Bimsa, ya da por escogido el trazado del tranvía por la Diagonal para enlazar el Trambaix y el Trambesòs. Es la última, una más, de las varias decisiones que dejan claro que el gobierno municipal de BComú, encabezado por la alcaldesa Ada Colau, está ejecutando por la vía de los hechos un proyecto para el que aún no cuenta con el apoyo político necesario.
“No se puede aprobar ningún aspecto referente al tranvía sin que pase por el plenario del consejo municipal y alcance el máximo consenso político”. Ada Colau respondía en estos términos al exalcalde Xavier Trias en la sesión del 23 de diciembre. Con su afirmación, reiterada en otras ocasiones, la actual alcaldesa no hacía más que expresar una obviedad. Sin embargo, en los últimos meses, una sucesión de hechos permite cuestionar seriamente las supuestas intenciones del gobierno de la ciudad. O, mejor dicho, certificar con pruebas cuáles son sus intenciones reales –las de BComú, porque sus socios del PSC no han manifestado todavía que en este asunto remen en la misma dirección– respecto a la conexión tranviaria.
Hay múltiples razones, más que fundadas todas ellas, para afirmar que, para el equipo de la alcaldesa Colau, el enlace entre el Trambaix y el Trambesòs es un “Diagonal o Diagonal”. La más reciente, el pasado lunes. Consejo de administración de Bimsa, la empresa municipal encargada de las obras del Ayuntamiento. Punto número 4: relación de las principales actuaciones en preparación a impulsar en los próximos tres meses. En segundo lugar, justo después del parque urbano de la plaza de las Glòries, “conexión de las redes de tranvía. Redacción del proyecto ejecutivo de LA ALTERNATIVA ESCOGIDA y redacción del estudio informativo”. ¿La alternativa escogida? Política de hechos consumados, a pesar de las promesas de la alcaldesa y de que el Ayuntamiento todavía no dispone de los preceptivos estudios técnicos encargados en septiembre. Diagonal o Diagonal, aunque a veces BComú parece esquivar un pequeño gran detalle: el trazado de la conexión del tranvía sólo podrá aprobarse si cuenta con el apoyo de por lo menos 21 de los 41 concejales.
Más pistas. En la reciente presentación de la última fase de la implantación de la red ortogonal de autobuses, el gobierno decidió liquidar una de las líneas previstas (la D30), precisamente la que debía circular por el tramo central de la Diagonal. Además, al proceso participativo para conocer la opinión de los vecinos de los barrios sobre la configuración de la red de autobuses, acude el Ayuntamiento con los deberes ya hechos. El mapa del futuro sistema traza sobre la Diagonal una inequívoca línea (de color verde, cómo no) con la leyenda “tranvía”. Decidim. barcelona se llama la plataforma de consulta ciudadana. Pero ¿quién decide? ¿Y un referéndum como el que organizó –y perdió– el socialista Jordi Hereu en el 2010? De eso, ni hablar.
Aún hay más. El Ayuntamiento, tal y como adelantó La Vanguardia el 14 de diciembre, ha encargado un estudio sobre el cambio de sentido de la avenida Sarrià y la calle Urgell. ¿Un capricho? En absoluto, otro trabajo preparatorio para imponer el tranvía por decreto. Suma y sigue, como la nueva propuesta de reordenación de la plaza de las Glòries o el intento fallido de que el Govern de la Generalitat –tan necesitado del apoyo de los comunes para empresas mayores que la del tranvía– comprara la enmienda del gobierno municipal a la ley de acompañamiento presupuestario, asumida por el grupo de Catalunya Sí Que Es Pot, que no por el PSC, para ceder la titularidad del futuro tramo de conexión de los tranvías al Ayuntamiento.
Con esta demanda desestimada, el gobierno de Ada Colau pretendía superar a la primera uno de los obstáculos, quizás el mayor de todos, que se interpone en su proyecto estrella. ¿Quién explotará el tranvía de la Diagonal? Está claro que la empresa Tram,
SIN TENER APOYOS POLÍTICOS El gobierno de BComú da por hecho el trazado y ya toma decisiones al respecto
LA ÚLTIMA PISTA Bimsa sitúa como prioritario el proyecto ejecutivo de “la alternativa escogida”
presidida desde hace poco por un exconseller convergente, Felip Puig, no renunciará fácilmente al que ha sido su gran anhelo desde que hace una docena de años Barcelona recuperó este medio de transporte. El interés del gobierno municipal es doble: vanagloriarse de haber rescatado para el sector público la explotación de un transporte público y, sobre todo, apagar el incendio latente en Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), una empresa pública cuyos trabajadores –en conflicto casi permanente con la dirección, o lo que es lo mismo, con el Ayuntamiento– se temen lo peor.
La irrupción del tranvía desde la plaza Francesc Macià hasta Glòries, gestionado por una empresa como Tram en la que TMB sólo tiene una participación muy minoritaria (el 2,5% del accionariado), dejaría a los trabajadores en una situación delicada: con un seguro recorte de líneas de autobus (entre ellas, algunas de las más rentables) y, en consecuencia, con la amenaza de pérdida de puestos de trabajo. De ahí la importancia para el Ayunta- miento de resolver este asunto.
En paralelo a los estudios técnicos sobre el trazado, el gobierno Colau encargó en septiembre un informe sobre el modelo de gestión del tramo de conexión de los tranvías. La concejal de Movilidad y presidenta de TMB , Mercedes Vidal, explicó el miércoles pasado, en la comisión de Urbanismo y a instancias de la CUP, que se han solicitado dos asistencias –económica y financiera– para ver si esa gestión podría ser pública. Los estudios, que estarán listos a finales de este semestre, determinarán si es posible o no rescatar la concesión. No será fácil. Algunas fuentes cifran el coste de esta operación entre 400 y 500 millones de euros. Ese es el precio que puso en la misma comisión el concejal de CiU, Jordi Martí. Mercedes Vidal no quiso discutir la cuantía, pero aseguró que, en el caso de no poder garantizar una participación municipal del 100%, se apostará por maximizar la presencia del Ayuntamiento en la gestión de la línea. Tampoco explicó cómo se convertirán en públicas las líneas del tranvía.