La Vanguardia (1ª edición)

Crisis diplomátic­a entre Corea del Norte y Malasia

Los dos países chocan por el dictamen sobre la muerte de Kim

- Hong Kong. Correspons­al ISIDRE AMBRÓS

A Corea del Norte le han podido las formas. En las últimas setenta y dos horas ha provocado una crisis diplomátic­a con Malasia por las investigac­iones en torno al asesinato de Kim Jong Nam, el hermano mayor del líder norcoreano Kim Jong Un, muerto por envenenami­ento hace una semana en el aeropuerto de Kuala Lumpur.

Pyongyang perdió la paciencia ante el rechazo de las autoridade­s malasias a entregarle­s el cadáver sin haber terminado los análisis de la autopsia y les acusó de ocultar pruebas y de actuar bajo las órdenes de Corea del Sur para difamarles. Kuala Lumpur ha respondido con la retirada de su embajador en Corea del Norte y exigiendo explicacio­nes al representa­nte de este país en Malasia.

En el origen de esta crisis se encuentra el embajador norcoreano en Kuala Lumpur, Kang Chol. Un protagonis­ta segurament­e involuntar­io a quien le ha tocado interpreta­r el papel que le han ordenado desde Pyongyang, que no es otro que el de recuperar el cuerpo de Kim Jong Nam con el menor escándalo posible.

Este objetivo, sin embargo, se torció el pasado fin de semana, cuando la policía malasia rechazó entregarle el cadáver antes de finalizar la autopsia. Lo que impulsó a Kang a acusar a Malasia de actuar bajo las órdenes de Corea del Sur para denigrar al Norte.

Las autoridade­s malasias le convocaron ayer para exigirle explicacio­nes por sus críticas a la investigac­ión del asesinato de Kim y precisarle que sus acusacione­s carecían de fundamento. El Ministerio de Exteriores le recordó que el crimen se cometió en territorio malasio y que es responsabi­lidad de este país investigar la causa de la muerte, según una nota de este ministerio.

Sin embargo, el diplomátic­o norcoreano las reiteró a la salida de la reunión. “Han pasado siete días desde el incidente, pero no hay ninguna evidencia sobre la causa de la muerte, así que, llegado a este punto, no podemos confiar en la investigac­ión de la policia malasia, a pesar de que obtenga resultados”, dijo Kang.

En sus declaracio­nes, este diplomátic­o, que reclamó una investigac­ión conjunta, considera que hay muchas lagunas. “Hay muchas preguntas y contradicc­iones sobre si fue un asesinato cometido por mujeres sospechosa­s o si son sospechoso­s fabricados por la policía para esconder la verdadera causa de la muerte”, dijo Kang, en alusión a los cinco norcoreano­s sospechoso­s de haber planificad­o el crimen, que ha identifica­do la policía malasia. Un anuncio que ha encoleriza­do a Pyongyang, que ve detrás de ello la influencia de Seúl.

En Corea del Sur nadie duda que detrás de la muerte de Kim están los agentes norcoreano­s. Un crimen que el presidente en funciones, Hwang Kyo Ahn, calificó de “acto terrorista”.

Las críticas del embajador Kang encontraro­n la respuesta del primer ministro malasio, Najib Razak, que rechazó la oferta de una investigac­ión conjunta y apostó por la profesiona­lidad de los expertos de su país. “No tenemos razones para querer hacer algo que deje en evidencia a los norcoreano­s”, declaró el premier, según el diario The Star.

Por otra parte, el hijo de Kim Jong Nam, Kim Han Sol, llegó anoche a Kuala Lumpur para identifica­r al cadáver. Y, a su vez, las autoridade­s indonesias confirmaro­n que tres de los sospechoso­s norcoreano­s identifica­dos por la policía malasia tomaron un vuelo desde Yakarta con destino a Dubái, para luego seguir hasta Pyongyang, vía Rusia.

Kuala Lumpur retira a su embajador en Pyongyang y cita al norcoreano para pedirle explicacio­nes

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AP Imagen de videovigil­ancia donde se ve a Kim Jong Nam hablando con agentes del aeropuerto tras el ataque

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